Biel Pol: Joana, ¿otra vez afilando la katana?

Joana Pol: No sé por qué te extrañas tanto. Como en este país se siga retrocediendo, no ya tan sólo en economía, paro y derechos de los trabajadores, sino además en los derechos de las mujeres, voy a armar la de dios es cristo.

B.P.:  ¡Demonio de mujer! Si justo hace unos días celebrabas el Día de la Mujer Trabajadora, ¿quién quiere quitar derechos a las mujeres, so paranoica?

J.P.: ¿Cómo, Biel? ¿No escuchaste que el nuevo gobierno quiere revisar la ley del aborto? ¿No escuchaste las declaraciones de Gallardón y de Esperanza Aguirre?

B.P.: Algo he oído, sí, pero creo que dijeron que la nueva ley del aborto no significa necesariamente que mandarán a las mujeres que aborten a la cárcel, así que creo que estás exagerando.  

J.P.: Biel, el problema de las mujeres en España es que muchas mujeres se ven obligadas a abortar por no poder compatibilizarlo con su puesto de trabajo. Este país nos pide que seamos madres y trabajadoras a jornada completa, y luego se nos mira mal si nos pedimos una baja para atender a nuestros hijos, mientras se nos tiene trabajando con sueldos inferiores. Si este país quiere que tengamos hijos, que nos ayude a ello, dándonos tiempo para tenerlos y darles de mamar, incrementando las ayudas para guarderías. Apoyadnos y tendremos hijos. Aseguradnos un futuro para nuestros hijos, y seremos madres de familia numerosa.

B.P.: ¿Estás diciendo que España no protege a las madres?

J.P.: ¡Ni a los niños tampoco! Ya ves lo que les hicieron en Valencia porque salieron a la calle a defender sus derechos.

B.P.: Sí, ya lo vi. Nuestros policías pegando a niños indefensos, y los políticos justificando lo injustificable, y mintiendo y manipulando la opinión pública. Qué vergüenza.

J.P.:  En España, tal y como están las cosas, quedarse embarazada no es decidir tener un hijo o no. Es sopesar si, por estar embarazada, te echarán de tu trabajo, si podrás pagar una guardería porque no hay públicas, si encontrarás a alguien que te pueda cuidar el niño cuando tengas que dejarlo. Pero ¿cómo se atreven, en un país donde el Gobierno premia monetariamente a la Familia Real española con cada nuevo retoño de sangre real que viene al mundo, a pretender fiscalizar las decisiones de las mujeres respecto a llevar adelante o no sus propios embarazos?

B.P.: Bueno, pero no me negarás que hoy en día con los métodos anticonceptivos que hay, quedarse embarazada si una no quiere…

J.P.: ¿Acaso creen que los métodos anticonceptivos son infalibles? ¿Acaso porque somos mujeres no tenemos derecho a equivocarnos? ¿Es que si una niña se queda embarazada se la debe castigar obligándola a traer al mundo a un hijo que no desea? ¿Cómo se atreve  este gobierno que no puede garantizar el futuro de los niños de este país, ni su derecho a la misma sanidad que los nietos del Rey o a la misma educación de calidad que cualquiera con dinero? ¿Cómo se atreve esa señora Aguirre a decir que un aborto es siempre un fracaso de la mujer? ¿Cómo se atreven cuando hoy, el que las mujeres de este país no podamos tener todos los hijos que pudiéramos concebir es porque no hay otra opción? ¿Cómo se atreve la Iglesia a seguir metiéndose en asuntos de esa índole?

B.P.: Mira, en esto te doy la razón, si Gallardón fuera mujer y se quedara embarazada sin desearlo o sin cobrar el sueldo que cobra, y viviera el caso desde la perspectiva de una madre que está en el paro, o que si tiene trabajo ha de ser competitiva y por tanto quizá no puede asumir la responsabilidad de ser madre, si fuera una madre de las que hoy temen por la educación, la sanidad y el derecho a una vida digna de su hijo, quizá no hablaría tan alegremente. Pero no creo que esos comentarios de Gallardón sobre la violencia estructural entorno a la embarazada fueran malintencionados.

J.P.: Violencia estructural es tener que pagar 20 euros al mes en anticonceptivos, cuando en la mayoría de lo países europeos son prácticamente GRATIS. Violencia estructural es que en una entrevista de trabajo te pregunten si piensas quedarte embarazada. Violencia estructural es tener que pelearte con un hombre para que se ponga el preservativo. A todos los hombres que se atreven a opinar sobre el aborto de la mujer les pregunto: ¿tomáis SIEMPRE la iniciativa y echáis mano del preservativo sin que la mujer os diga nada? NO ¿Cuantas veces le habéis dicho a vuestra novia o mujer que os gusta más sin condón, que por qué no se toma la píldora o se pone el aro? ¿Cuántas veces se os ha roto un condón? ¿Sabéis que la efectividad del preservativo es de un 98%? ¿Sabéis que la píldora puede fallar por numerosas causas, como la ingesta de  medicamentos, olvido de un comprimido, toma a horas inadecuadas, hipertiroidismo, etc.? ¡¡¡Estoy HARTA de ver que una abrumadora mayoría de los que están en contra del aborto son hombres!!! Hombres que, o son unos irresponsables, o unos ignorantes, o sencillamente, unos HIPÓCRITAS. ¿Queréis evitar el aborto? ¡Enfundad la pistola!

B.P.: Admito que es cierto. Entre mis amigos varones lo cierto es que estoy harto de oír comentarios como que las "mujeres se lo pasan bien y luego ¡ea! ¡a abortar!" ¿Pero qué clase de sandez es esa? ¿Qué pasa, que la mujer se embaraza sola? ¿Que si un anticonceptivo falla o no se usa, es únicamente su responsabilidad?

J.P.: En España hay más crisis que en el resto de países civilizados: no sólo es una crisis económica, sino de inteligencia, tolerancia y respeto a las libertades de la persona.  Ningún país, ni siquiera los más desarrollados, pero mucho menos España, puede garantizar que esos niños que sí o sí quieren traer al mundo vayan a tener siquiera un planeta decente donde vivir, ni económicamente, ni socialmente, ni ecológicamente. ¿No será que todos esos que impulsan más población infantil, lo que desean es asegurarse una población esclava que trabaje para mantener el sistema, o sea, a ellos, con esas jubilaciones millonarias?

B.P.: Y lo que dices de la iglesia, sí, resulta ridículo e incomprensible que se metan en este asunto.

J.P.: A no ser que estén preocupados por la escasez de futuras víctimas de pedofilia…

B.P.: Joana, ¡eres diabólica!