Como ya contamos, hace un par de semanas estuvimos en el Sahara Occidental. Habíamos sido invitados por el Frente Polisario para asistir a su Congreso, el 13.

Durante nuestra estancia en los campamentos saharauis, y especialmente en  el de Tifariti, quisimos saber sonre Enric Gonyalos, el mallorquín secuestrado el pasado mes de octubre junto a otras dos cooperantes.

Investigamos a lo lago de dos días, no conseguimos avriguar donde estaban, cosa por otra parte imposible de saber, pero si hablamos con amigos y gente que conoce a los secuestrados, con lo que recopilamos una serie de datos con los que escribimos un breve diario, parte del cual publicamos hace unos días en Ultima Hora, y que aquí reproducimos en su totalidad.

      Desde el secuestro de los cooperantes españoles, para el extranjero no es fácil circular por el Sáhara, ya que el gobierno de aquella república instalada en pleno desierto argelino ha extremado la seguridad, y puede que mucho más en estos dias en que se ha estado celebrando el XIII Congreso del Polisario al que hemos asistido junto con el presidente y vicepresidente de Drets Humans, Bernat Vicens y Aina  Calafat, y dos miembros de Amics dels Saharauis,  Catalina Rosselló y Victoria Catalá

En el Sahara, los controles son continuos

Aparte del Congreso, nos interesaba, sobre todo, saber de Enric Gonyalons, el mallorquín secuestrado hace dos meses, junto con dos compañeras, cooperantes como él,  en este territorio.

Quisimos pasar por su casa, en Rabouni -zona del Protocolo-, pero ni a la ida nuestro vehículo pudo desviarse hasta ese lugar, ni de regreso hacer un alto en él, ese día porque era viernes,  "y en viernes -nos dijo el jefe de la expedición con la que regresábamos de Tafariti, donde había tenido lugar el Congreso-, en el Sahara no se trabaja. Para los musulmanes es día de fiesta, aparte de que todos están en el congreso".

Puede ser que fuera así.

Pero también está claro que este secuestro, todavía no resuelto, podría haber puesto sobre las cuerdas a la Cooperación Internacional en el Sahara, y terminar con ella en el caso de que hubiera otro.

De ahí tantas precauciones.

Trayeb, ministro de Sanidad, amigo de Enric Gonyalons

Con Bernat y Aina visitamos el hospital de Tafariti, obra del gobierno de Navarra. En la puerta nos recibe el ministro de Sanidad  Sidahmed Trayeb, conocido en sus tiempos de guerrillero del Polisasrio por  Bere. Tiene palabras emocionadas hacia los tres secuestrados y en especial para Enric. "Le vi el otro día en el vídeo que enviaron sus secuestradores. No se había cortado el pelo ni afeitado, supongo que para mostrar su rebeldía. Imagino que de este modo pretendía decir que  habían secuestrado su cuerpo, pero no su alma. Enric es una gran persona a quien este pueblo le debe mucho. Esperamos verles verlos pronto de regreso".

Poco después, en la apertura del Congreso, y durante su parlamento, el presidente la República y secretario del Polisario, Mohamed Abdelaziz, se refiere a los secuestrados con las siguientes palabras: "El pueblo saharaui  es hoy también víctima del terrorismo internacional,  después de que tres colaboradores que trabajan en el ámbito humanitario, los españoles Ainoa Fernández y Enric Gonyalons, así como la italiana  Rosella Auru, fuesen secuestrados desde los campamentos de refugiados saharauis. En esta ocasión queremos presentar nuestra enérgica condena a este cobarde acto terrorista, nuestra plena solidaridad con las víctimas y sus familias, y nuestra determinación de hacer todo lo posible, a través de la cooperación y colaboración con los países de la región, para su liberación tan porongo como sea posible".

Más tarde, una vez que ha finalizado su parlamento, junto con Aina Rosselló, nos acercamos al presidente. Aina le hace entrega del diario Ultima Hora, en el que se habla de esta Asamblea, y de una revista de Drets Humans. Abdelaziz agradece el gesto de la mallorquina, pero a la hora de responder a una pregunta que le hacemos sobre los secuestrados y las negociaciones, nos responde que "háganme mejor la pregunta en árabe". Y es que Abdelaziz, al igual que el presidente del Parlamento, Jatri Adhur, que estuvo recientemente en Mallorca, y el ministro de Cooperación, con quienes también intentamos hablar sobre Gonyalons y sus compañeros, pero nos dijeron que en otro momento, no están mucho por contar cosas al respecto. Y lo entendemos.

Pero es evidente que en el ánimo de los cerca dos mil congresistas reunidos en Tifariti están los nombres de estos tres jóvenes, y muy especialmente el de Enric. "Es una persona que se ve que está por este pueblo, que está totalmente entregada a la causa saharaui, que nos quiere -nos decía una joven saliendo de la sala del congresos junto a otros tres compañeros-. Nosotros no tenemos palabras para agradecérselo. Igual que a los otros dos. Por eso rezamos para tenerlos pronto entre nosotros"

Alguien nos ha dicho que localicemos al doctor Albert, otro cooperante que vive  en el mismo bloque que Enric y sus dos compañeros secuestrados. "El presenció el secuestro; es más, intentó ayudar a los españoles, pero no lo consiguió".

Entre Aina, su marido y quien suscribe, intentamos buscar al doctor, pero no fue fácil. Estábamos entre  dos mil personas, y no todas lo conocían.

Bernat Viocens pide la vuelta de Enric y de sus dos compañeras

A las seis de la tarde, la mesa del congreso invita a Bernat Vicens a que suba al estrado, cosa que hace gustoso. Habla sin leer, improvisando, sin poder evitar la emoción. Tras sumarse a la causa del pueblo saharaui, habla de los secuestrados, teniendo un recuerdo muy especial para Enric, "de Mallorca -matiza-, por tanto paisano nuestro. Pedimos una pronta resolución a este caso para que los tres puedan regresar a casa, con sus familias, con quienes me… nos  solidarizamos en todo"

Hallab y Halla, tambien amigos de Enric

Una hora después, Aina se acerca para decirnos que ha averiguado donde esta la sede de Afrapredesa, en TIfariti, con la que  los cooperantes secuestrados están muy relacionados. Nos acercamos al lugar y la casualidad nos pone delante de nosotros a Mohamed Hallab, aquel joven que hace unos meses se puso en huelga de hambre debido a que Marruecos no le daba el visado para que pudiera viajar a los territorios ocupados para ver a su madre, enferma, que Enric le apoyo siempre. Entramos con él en una gran sala, de cuyo techo cuelga un cartel alargado en el que están fotografiados Enric, Ainoa y Rosella: No al terrorismo. Libertad. Reza el cartel. "Aparte de que Enric es una gran persona con todos, para mi, por lo mucho que me apoyó y animó en aquellos instantes,  es más que un amigo. Es mi hermano -nos dice Mohamed, con gafas, con chupa de cuero negra, muy correcto…- Por eso lloré mucho cuando me enteré de que lo habían secuestrado, pero Dios hará que pronto esté otra vez aquí con sus amigos, también grandes personas, para ayudar a este pueblo".

Con Mohamed está Halla, que también conoce a Enric, "a quien hemos de restar todos muy agradecidos por lo que hace por nosotros -dice-. El y sus compañeros han demostrado que quieren a nuestro pueblo".

Por la noche, en el comedor de Tifariti, alguien, señalando a un joven, le dice a Aina "él es el doctor Albert", a quien abordamos un segundo después. "En aquel momento hice lo que tenía que hacer: informar a la organización a la que  pertenezco y a Asuntos Exteriores. Yo os hablaría con mucho gusto sobre lo que me preguntáis, pero pertenezco a Médicos del Mundo y hay una normas que me impiden hacerlo. Así que contactar con ellos y les pedís permiso y yo… Pues encantado".

Al día siguiente emprendemos el regreso a Tindouf. A mitad de camino, la policía que vela por la expedición formada por siete jeeps, nos ordena que nos reagrupemos  hacia al izquierda, a la vez que sale al camino de otro vehículo que llega en dirección contraria. Los detiene, interroga a sus ocupantes y al rato dejan que sigan su camino. Son unos nómadas que han instalado su campamento unos kilómetros mas adelante.

Pero por si acaso…

Nos acercamos al final de los más de 300 kilómetros hechos sobre la arena y piedras de aquel desierto. El delegado del Polisario en Baleares, antes de dejar Tifariti,  nos había  dicho que cuando pasemos por Rabouni no habrá inconveniente para que nos paremos y preguntemos por Enric. Pero a  la llegada a Rabouni nadie se detiene, y una vez en 27 de febrero, el campamento en que nos paramos antes de dirigirnos al aeropuerto de  Tindouf, tampoco conseguimos, ni siquiera a cambio de una buena propina, que alguien nos lleve a Rabouni. "Ustedes deben de permanecer aquí a que los vengan a buscar para ir al aeropuerto -nos dice esa persona-. Yo tendría problemas si les acompañaba, y ustedes puede que también. Los extranjeros han de estar controlados por la policía. Esa es la norma"

Chej Chadad nos habló de Gonyalons

Bajo la jiama donde aguardamos a que nos vengan a buscar, Chej Chadad, que nació en pleno desierto, cuando su madre huía de El Aium poco antes de que  la Marcha verde llegara hasta alli, nos dice, tras invitarnos a un te,  que "Enric ha hecho mucho dejando a su familia para estar con nosotros. Tanto él como sus compañeros secuestrados, nos ha apoyado siempre. Han aguantado altísimas temperaturas en verano por nosotros, para que mejoremos nuestra situación. Por ello, jamás los vamos a olvidar.¿Que quiénes los han secuestrado…? No lo sabemos. Se han dicho muchas cosas, que si unos saharauis, que si unos narcotraficantes, que si Bali, que si Mauritania… Lo cierto es que el Polisario  no ha dado ninguna información oficial"