Shafir no es el rapero típico que hace uso de los tacos y exabruptos, ni provoca por la vía fácil, sino que lo hace  despertando la conciencia de quien le escucha decir esas canciones  que le dicta el alma tras haberlas compuesto a través de la información que le llega del entorno. "Yo cuento mi  historia desde dentro.  Y canto lo que me gusta y lo que no me gusta". Y como bien dice en Zapatos de cristal,   Soy, contrario a lo superficial, mi fuente es lo emocional, estrictamente anticomercial.  Mi rap es transparente como agua de manantial, sincero hasta la médula espinal…"

Mohamed Sharif es hijo de sirio y de madre catalana que tuvo que apencar con la educación de sus tres hermanos y la suya al marcharse su padre y no regresar nunca más. Por eso, cuando habla de ella se le llena la boca y no tiene palabras para dejarla en el sitio que él cree que le corresponde, que es en el mas alto.

Estos dias esta recorriendo algunas ciudades españoles -Palma de Mallorca, entre otras-  llevando a todo su último trabajo, A ras de sueño, titulo que el inspiró un poema de Mario Benedetti, y que él confiesa que "significa mucho el espíritu de mis canciones".

Sharif es callejero "porque de niño viví mucho la calle" y ahora urbanita. Podría ganarse la vida como informático, pero le tira más la música. Es del Barça "por parte de mi madre"  y admira a Sabina y a Bunbury,  "porque son capases de hacer una canción sobre cualquier tema, y encima hacerla bien", cree a pies juntillas que el mejor rapero de este país es  Kase O, de Violadores del verso, y, por supuesto, confía a pies juntillas en lo que está haciendo, y puede hacer, ahora en  solitario. Respecto al rap, cree que hoy ha mucha gente que dice lo mismo, por lo que tendríamos que proponernos todos en decir cosas distintas a fin de lograr que  este estilo guste a la gente en general"

Le digo que le he seguido a través de Youtube, y que tras escuchar lo que dice una y otra vez,  le considero un poeta urbano, y él, modesto, contesta que "poeta es una etiqueta que me vine algo grande".  Es su opinión, claro, porque yo creo que sí que lo es. Por que, ¿acaso no es poesía, refiriéndose a sus creencias,  cuando dice:  Creo en mi Dios, pero creo a mi manera: vive dentro de los míos y no en cruces de madera. O la forma de ver el mundo, "que es empresa financiera, donde vale lo que pesa la cartera, y donde el rico y el político se inventan las carreras ".

Al día siguiente de su concierto en el Assaig, estuvo en el estudio del joven pintor palmesano, Carlos Prieto. "Nos conocimos  a través del Facebook. Yo le pedí ser amigo suyo y él me aceptó. Desde siempre me gustó lo que dice en sus canciones. Es único. Para mi, el mejor", señala este. "Yo admiro su pintura -confesó Sharif-. En cada uno de sus cuadros veo personajes que me recuerdan a los de Bodelaire".

Aparte de conocer a Carlos, Sharif  grabó en su estudio un video-clip. "Se lo propuse y el aceptó encantado. Y aquí estamos". "Encantado, no.¡Encantadísimo! -dijo Carlos-. Imagínate… No todo el mundo tiene la suerte de que Sharif pida grabar en tu lugar de trabajo"

La grabación la realizó Pau Torrens, un gran profesional.

La veremos en breves fechas.