Freelance, esos muertos de hambre

Los freelance, que es la forma glamourosa de decir los muertos de hambre que colaboramos en todos los medios que podemos y cobramos cada vez menos (tanto en cantidad como en frecuencia), vivimos en la precariedad.

Alicia Misrahi, artista del alambre virando hacia artista del hambre; colaboradora freelance de Qué Leer, Adiós, La Maleta Roja, InMediatika; traductora; camarera; señora de la limpieza; escritora autora de Sé Mala, Adiós mundo cruel y Manual de la aprendiza de depredadora más doce libros más y antigua colaboradora de Sexologies, Teletodo, Playboy, El observador y el Diari de Barcelona, entre otros muchos. (Si eres redactor jefe o director de algún medio, busco más colaboraciones pero no acepto limosnas. Gracias).

Freelance, esos muertos de hambre
Mientras el país vive en la crisis y los trabajadores “regulares” calculan lo que les quedaría si les despidieran tras la infausta reforma laboral o los trabajadores despedidos luchan por cobrar más de veinte días por año trabajado en sus indemnizaciones, los freelance combatimos para que nos paguen y para que no nos exploten demasiado.

No nos planteamos “lujos asiáticos” como tener estabilidad laboral, trabajo asegurado más allá de un mes o derecho a indemnizaciones o paro, aun a pesar de que es habitual en las empresas de comunicación abaratar costes empleando a periodistas “autónomos” que en realidad son trabajadores encubiertos.

No he venido a quejarme ni a llorar, he venido para contar como es el mundo (periodístico y por extensión el mundo laboral) y cómo muchas empresas se aprovechan de los trabajadores para conseguir cada vez mayores beneficios o mantener los sueldos de ensueño y los privilegios de sus jefes (como tener chófer mientras las empresas que dirigen no pagan a sus trabajadores, irse de relaciones públicas a países exóticos, relajarse en balnearios y hoteles de lujo a cargo de la empresa etc…). Será largo y doloroso, aviso.

 



Seguramente muchas de las situaciones que vivimos en el mundo de la prensa, y que iré desgranando en este artículo, os sonarán e incluso las habéis padecido en carne propia en otros (in)mundos laborales diferentes al nuestro.

Si hacemos examen de conciencia, quizá deberíamos tener en cuenta que lo que ha arruinado a este país es la codicia; la de todos, sin excepción. También ha influido decisivamente que nos han apretado, nos han explotado, nos han machacado, nos han puesto normas y castigos para todo, nos han extorsionado y hemos callado…

Libertad de Expresión

La primera noche,
ellos se acercan
y toman una flor de nuestro jardín.
No decimos nada.
La segunda noche
ya no se esconden,
pisan las flores,
matan a nuestro perro
y no decimos nada.
Hasta que un día,
el más frágil de ellos,
entra solo a nuestra casa,
nos roba la luna,
y conociendo nuestro miedo,
nos arranca la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada,
ya no podemos decir nada.

Vladimir Maiakovski


Contenido:

Los críticos, esos “vendidos”
Los freelance estamos en tu casa
Por amor al arte, artistas que viven del aire
Mondo becario
Gratis no trabajo
Recortes para todos… los trabajadores
WC Ediciones, tiremos de la cadena
Luchemos por el futuro del periodismo


Los críticos, esos “vendidos”
Una de las situaciones más surrealistas y paradójicas que hemos vivido en los últimos tiempos fue cuando a los críticos literarios de Qué Leer nos acusaron de estar “vendidos” y de “connivencia con la industria editorial por motivos económicos”.
No sé qué fabulosas prebendas y sobornos se imaginaban los críticos de los críticos literarios que cobrábamos…
Lo cierto es que MC Ediciones, también conocida actualmente como Mala Gestión Ediciones, propietaria de Qué Leer, nos debía nueve meses de colaboraciones que no había forma de cobrar entre continuas excusas, aplazamientos y mentiras. A nosotros y a unos 500 colaboradores de las casi 80 revistas del grupo, que siempre se ha publicitado como “líder en contenidos editoriales con más de 70 marcas” sin tener presente nunca que la cantidad no equivale a la calidad.
De hecho, la calidad de las revistas la aseguraban los trabajadores y los colaboradores a golpe de trabajo, de compromiso y de dignidad profesional, que no hay que confundir con dignidad laboral. En MC se trabajaba a destajo, con menos de un periodista en plantilla por revista…

En el zulo de MC se trabajaba a destajo, igual que se trabaja en muchas “redacciones” de medios digitales –una buena parte de ellos la versión online de revistas en papel- que no tienen presupuesto para contenidos y tienen a uno o dos periodistas a cargo de todo. Porque todos estamos de acuerdo en que “internet es el futuro” pero nadie parece asumir que hay que apostar por él de forma real e invertir y pagar a los periodistas un sueldo o un tanto por página que no sea miserable.

He propuesto colaboraciones a muchos de estos medios digitales y, por mi trayectoria, muchos se han entusiasmado ante la posibilidad de que escribiera para ellos. El problema es que, cuando preguntaba sobre la remuneración, el responsable del medio afirmaba: “nos encantaría pagarte, pero, lamentablemente, no tenemos presupuesto para colaboraciones”.

Si toleramos sistemas de trabajo que consisten en explotar a los periodistas y en no pagarles o en retribuirles económicamente con limosnas (a menos de euro el folio), la libertad se desmorona… No sé, yo creía que la esclavitud ya había sido superada.

Los freelance estamos en tu casa
No somos pocos, los “freelance, esos muertos de hambre” somos una horda fragmentada que trabaja cada uno por su cuenta y muchas veces escribe en su casa y que os traemos a casa las noticias; la cultura; los cotilleos; las tendencias; las corrientes de opinión; las críticas musicales y cinematográficas; los reportajes sociales y humanos; los artículos especializados de revistas tan diferentes como Integral, FHM, Qué Leer, Más allá, Todo Perros, Rutas del mundo o Moto Viva; los reportajes sobre viajes y sobre política; las entrevistas con los creadores de todos los campos… todo.



Formamos parte de vuestra vida aunque los lectores no sepáis de nuestra existencia y no conozcáis nuestra situación. Los freelance vivimos en la heroicidad permanente de llegar a fin de mes, crear contenidos vibrantes, informados, documentados e interesantes y  defender nuestros derechos más elementales…

Como que nos paguen cuando nos han encargado algo y no sale publicado porque el redactor jefe, el director o el mandamás de mandamases ha cambiado de opinión por razones que no tienen nada que ver con nuestro trabajo; como que no intenten pagarnos a menos de un euro el folio; como que nuestros artículos no queden meses en la nevera de los medios (y sin cobrar) en espera de ser publicados; como que nos paguen cuando toca y no se saquen de la manga de repente un “ a los proveedores les pagamos a 60 (o 90) días”…

Los freelance somos el alma de los medios de comunicación. Hay colaboradores que son enviados especiales de medios muy influyentes, hay colaboradores en cultura, espectáculos y en política y en internacional y en opinión; hay colaboradores fotógrafos y todo tipo de periodistas gráficos y audiovisuales freelance.

Por amor al arte, artistas que viven del aire
Los artistas, en la acepción de aquellos que practicamos algún arte, somos seres etéreos. Tanto que nos piden continuamente que creemos obras, escribamos o asistamos a performances gratis para promocionarnos, incluso multinacionales que manejan, generan y ganan mucho dinero.
Escritores, pintores, grafiteros, músicos, cantantes… somos los eternos aspirantes a artistas, los aprendices perpetuos, los becarios imposibles.

Con la frase “así te sirve de promoción” pretenden que actuemos y creemos gratis. Otra de las situaciones surrealistas que he vivido fue cuando a un grupo de artistas murales (también conocidos como grafiteros) les invitaron a crear en directo para una fiesta de una opulenta multinacional con la excusa de “promocionarse”.
Bueno, hasta aquí más o menos bien: o aceptas o no aceptas.

 

El surrealismo máximo llegó para mí cuando, una vez pintados los murales, pidieron a la organización que si les podía enviar las fotos que había hecho de sus obras el fotógrafo del evento.
Respuesta: “hombre, debéis entender que las fotografías valen dinero y que no las podemos dar gratis”.
¿¿¿????
O sea, el trabajo del fotógrafo tiene un valor, pero el de los artistas murales no. Y, peor aun, ¿pretendían cobrarles por las fotos???

Mondo becario
Otro interesante –y deprimente- fenómeno es el de los “becarios para todo”. Al parecer, la creencia íntima de los dueños de empresas de comunicación y relaciones públicas, entre otros, es que cualquiera puede escribir.

Hace veinte años, cuando fui becaria, la lucha de los becarios era conseguir escribir algo en el medio que te había tocado en suerte o lograr hacer algo que no fuera hacer fotocopias o “picar” la programación televisiva y la cartelera cada día, un trabajo horriblemente aburrido con el que, además, no aprendías nada salvo que hay trabajos muy rutinarios y carentes de glamour en un periódico. También aprendías a sintetizar y a cortar líneas porque el espacio para cada programa o película es limitado.

Hace veinte años, un becario era un mal necesario pactado entre las empresas periodísticas y la universidad con el que no se sabía qué hacer exactamente.
Actualmente, un becario es un chollo y muchas empresas se apoyan en ellos para que escriban gran parte de sus contenidos.
Se supone que un becario debe aprender y contar con la supervisión de un profesional con experiencia sea un periodista, un relaciones públicas o un publicista, dependiendo de la naturaleza de la empresa para la que trabaje.
No obstante, actualmente los becarios son fuerza de trabajo explotada que suplen, con mucho menos coste y muchas veces gratis, a periodistas, redactores de todo tipo, publicistas… Incluso directores. He visto varias ofertas de trabajo en las que piden “directores de arte becarios”.

 

Imagen de El blog del redactor freelance

No nos engañemos, los becarios de hoy serán, con suerte, los becarios de mañana o, si la suerte no les acompaña, los desempleados del futuro sin derecho a paro ni reconocimiento laboral ni reconocimiento de estatus profesional puesto que su actual trabajo está en tierra de nadie.

Es más barato sustituir los becarios por otros becarios o convertirlos en aprendices eternos. Al fin y al cabo, la mayoría de dueños y responsables de las empresas son tan iletrados que no saben diferenciar un texto profesional y bien escrito de un texto cualquiera.
Hasta que los empresarios, jefes, dueños y otros “responsables” no asuman que cualquiera no es capaz de escribir, seguiremos leyendo u oyendo auténticas atrocidades en todos los medios: publicitarios, audiovisuales, prensa tradicional, revistas, portales de internet, páginas corporativas de empresas, revistas online, páginas de empresa en las redes sociales…


En mi eterna búsqueda de colaboraciones como “freelance, esos muertos de hambre”, llamé también a una antigua conocida que ahora trabaja como responsable de medios en una multinacional cafetera.
Me atendió muy amablemente y me informó que los temas de redacción los lleva el “equipo de becarios” de una importante y conocida empresa de comunicación y relaciones públicas con nombre casi de bocadillo.
Si ya hay hasta equipos de becarios, más vale que los redactores y escritores nos dediquemos a otra cosa. Lo que todavía no he descubierto es a qué.

Gratis no trabajo
Estoy a favor de que la cultura esté al alcance de todos, pero también tenemos que entender que el artista tiene que comer, vivir en algún sitio techado (a poder ser también con paredes), pagar algunas facturas básicas como la de la luz y el agua…
Con motivo de la aparición de Internet “casi para todos” estamos ante un importante cambio tecnológico, social, informativo, revolucionario y mundial  y tenemos que adaptarnos y evolucionar.

El pasado informativo, cultural y mediático, tal como lo conocíamos antes de Internet, ha muerto, por mucho que algunos intenten frenar el cambio por intereses corporativos, empresariales, publicitarios y millonarios que nada tienen que ver con los periodistas, los escritores y los redactores, y habrá que buscar nuevas formas de colaboración y entendimiento entre público y creadores de todo tipo, incluidos escritores y periodistas, por supuesto. No sirve de nada anclarse en el pasado y defender lo que ya no funciona.
Desde luego, el futuro no pasa por plegarse a la voracidad de las empresas que quieren sacar la mayor tajada posible de nuestro trabajo pagándonos no ya poco y mal sino de forma miserable y mezquina.

 

Imagen de Gratisnotrabajo

A principios de diciembre #gratisnotrabajo se convirtió en trending topic en Twitter. El detonante fue un anuncio de Novodistribuciones: “Se busca periodista. La retribución será de 0,75 euros (0,97 dólares) por artículo, debiendo contener un mínimo de 800 caracteres. Los textos estarán sujetos a unos términos de calidad basados en la ortografía, semántica y expresión”.

Previamente, los candidatos debían pasar un proceso de selección.
Una de las aspirantes al cargo, la periodista Azahara Cano, divulgó lo sucedido en una cuenta de twitter y la ola de indignación se propagó a España y a otros 17 países hasta que llegó a la Asociación de Prensa de Madrid que se hizo eco del problema y tomó medidas.

Internet se ha convertido en una herramienta ideal para la captación de mano de obra barata donde diversas empresas sin escrúpulos comercian con la ilusión de los que quieren estrenarse como profesionales de la comunicación o escritores.

Empresas de comunicación emergentes, como Textbroker, seleccionan también candidatos para su supuestamente amplia cartera de clientes. Tras enviar un artículo para su evaluación, textbroker comunicó a un escritor amigo mío, entre felicitaciones y alabanzas, que había sido designado “escritor cuatro estrellas”. Buceando e investigando por la página de la empresa, encontró que la tarifa por folio de los “escritores cuatro estrellas” es de 6,25 euros el folio y que si mantenían la calidad en los diversos encargos que les hicieran podían llegar a “escritores cinco estrellas”, cuya tarifa por folio es de 20 euros (lo cual no es ninguna maravilla…). Sospecho, además, que el aspirante puede pasarse toda la vida intentando medrar…

Los ejemplos de ofertas de trabajo misérrimas para periodistas son innumerables. El portal InfoLancer.net publicaba, en febrero de 2012, el anuncio de una empresa de Barcelona “de reciente creación, formada por gente con verdadera pasión por el mundo de Internet. Especialistas en creación de contenidos digitales y publicidad online” que busca “un redactor que pueda escribir cuatro artículos al día, de lunes a viernes, tres sobre videojuegos y uno sobre tecnología. La remuneración es de 3 euros por artículo, que debe contener una extensión de 300 palabras y una imagen”. O sea, todo el día pringando para cobrar 12 euros al día, lo que hace un fastuoso total de 240 euros al mes, por lo que todavía faltan 10 euros para pagar los autónomos que la empresa  exigía...

También es el caso de un nuevo periódico nacional de tirada  semanal que “invitaba” a periodistas licenciados a “incorporarse en régimen de colaborador y voluntario (sin retribución)” en un proyecto de “máximo compromiso social y excelencia en la comunicación”.

Estas “ofertas” de trabajo pueden provenir tanto de medios de nueva creación como de medios consolidados o incluso prestigiosos.

Pretenden que escribamos gratis para promocionarnos (sin tener en cuenta que de promociones no vive la mujer… ni el hombre); que escribamos, sin cobrar, unas líneas o párrafos o páginas o tratados para cualquier tontería que se le haya ocurrido a un iluminado de cualquier empresa, organización o medio de comunicación, “así haces currículum”, “es una forma de empezar” o “total, si sólo invertirás cinco minutos”.
Sí, cinco minutos en escribirlo (¡Ja!) y toda una vida para saber cómo escribirlo.

En fin, empecemos a plantar cara y a negarnos a trabajar gratis o por una miseria.
Enlace al manifiesto de la Asociación de la Prensa de Madrid por un trabajo digno donde también hay un enlace para firmar la declaración de la APM:
https://www.apmadrid.es/declaracion-de-la-asociacion-de-la-prensa-de-madrid-por-un-trabajo-digno-gratisnotrabajo?Itemid=209


Recortes para todos… los trabajadores
El País ya redujo las retribuciones a sus  colaboradores en al menos un 10% y, tras la firma del convenio colectivo en noviembre de 2011, los trabajadores también sufrieron diversas reducciones de salarios. Según fuentes del comité de empresa, la última es que doce redactores han sido ascendidos a jefe de sección sin que esto se traduzca en un aumento de sueldo de acuerdo con su nueva categoría.
Más detalles en:
https://www.prnoticias.com/index.php/prensa/192-el-pais-/20111725-el-pais-asciende-a-doce-personas-pero-no-les-sube-el-sueldo-

 



El Periódico de Catalunya ha planteado un recorte brutal de los sueldos de 540 trabajadores, un 14%  de reducción en unos salarios que llevan congelados desde el año 2009.
Los trabajadores defienden que no pueden exigir más esfuerzos a los que menos cobran, sino que debería ser la directiva la que se sacrificara.
Se pueden seguir las últimas noticias de la negociación, que no prospera, en la cuenta twitter @ComitePeriodico.

Hablamos de una empresa de comunicación, pero sus “propuestas” no son muy diferentes a las de otras empresas de cualquier otro sector.
Siempre me ha resultado curioso que en época de vacas flacas todos somos de “la familia” y los trabajadores somos empresa y se nos piden sacrificios, pero cuando las empresas van bien no nos incentivan económicamente ni, en general, nos hacen partícipes de sus ganancias, beneficios o privilegios.

MC Ediciones, el grupo con más revistas de España, se declaró en concurso de acreedores (antiguamente conocido como “suspensión de pagos”) el 10 de enero y presentó un ERE que prevé despedir a 90 trabajadores. Aunque todavía no se han anunciado los nombres de los despedidos, los trabajadores tienen sus sospechas puesto que en marzo sólo saldrán a la calle diez revistas del grupo y los trabajadores de las otras revistas están mano sobre mano hasta que les comuniquen qué va a pasar con ellos….

WC Ediciones, tiremos de la cadena
Mc Ediciones también apuesta por reducir los salarios de sus trabajadores, aunque según fuentes de la empresa, a lo bruto, puesto que no les pagaron la paga de Navidad y no han percibido la mitad de los sueldos de diciembre y enero.

En el plan de viabilidad para diez de sus revistas y tres medios digitales presentado por MC Ediciones, que tiene que valorar el administrador concursal, destaca que, según personas vinculadas laboralmente a la empresa, se mantienen TODOS los directivos.
Siempre según estas fuentes, se mantienen los sueldos de los directivos, entre ellos Susana cadenas (3.500 euros al mes), Joan Ramón fuertes (6500 euros) y Jordi Fuertes (3500 euros), además del puesto del chofer de uno de los “responsables” de la empresa (3.000 euros) y del sueldo de una supuesta directiva que jamás ha trabajado realmente para la empresa.

 



Las deudas acumuladas por MC ediciones ascienden a 15 millones de euros y la continuidad pinta muy mal, ¿cómo se va a demostrar que es viable el plan de viabilidad si Mc Ediciones, según fuentes de la plantilla, no paga a sus trabajadores? De los colaboradores, mejor no hablemos.


Luchemos por el futuro del periodismo
No digo que la comunicación sea un sector que esté peor que otros. En todas partes cuecen habas y se producen abusos, lo cual me parece muy triste, injusto y deprimente.
No obstante, el de periodista, redactor, copy o escritor sí es uno de los trabajos que más se ha deteriorado.

Uno de los principales problemas del periodismo es que el número de periodistas que salen de las facultades excede por mucho al número de periodistas que necesitan los medios.
Según El libro negro del periodismo, publicado este año por el profesor Bernardo Díaz Nosty, cada año se licencian en Periodismo y en Comunicación Audiovisual un total de 3.000 nuevos profesionales, cuando la demanda natural no alcanza los 600 puestos de trabajo al año.


Otro problema es que a la crisis general del país se ha sumado la crisis de las empresas de información, fruto de la aparición de nuevas tecnologías.

Desde luego, la solución no es trabajar gratis ni por cuatro chavos, aunque sea con la excusa de empezar. Estoy de acuerdo con que haya becarios, por supuesto, siempre y cuando realicen funciones de becario y escriban sus textos supervisados por un profesional que les debe proporcionar orientación, conocimientos y ayuda y perciban una compensación económica.

No estoy de acuerdo con que aceptemos trabajos con retribuciones de miseria que sólo benefician a los medios y a sus responsables (y a medio plazo, ni a ellos) y malbaratan la profesión de periodista o escritor.

En estos tiempos de crisis hay que sobrevivir, sí, pero desde luego cobrar a menos de un euro el folio, por citar un extremo, o aceptar que nos paguen seis euros por folio como escritores “cuatro estrellas” no es el camino ni para sobrevivir ni para abrirse camino ni para empezar ni para comer ni para llevar una vida digna ni para nada… quizá deberíamos dedicarnos a otra cosa, sí, antes de permitir que nos exploten de esta forma y poner freno a este concurso de retribuciones miserables.

Digamos que NO y denunciemos las ofertas de trabajo indignas a la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, ahora que empieza a estar sensibilizada con el tema. Pero sobre todo, digamos NO.

O lo hacemos los profesionales de la comunicación o esperamos a que las empresas de diversa índole, incluso periodística, se den cuenta de que si pagan poco la calidad cae por los suelos... Entre otras razones porque los que aceptan estos trabajos son personas que quieren escribir a pesar de que no saben hacerlo o porque los profesionales adaptan la calidad a lo que les pagan o porque se apresuran para poder escribir cuantos más artículos mejor sin reparar en su ejecución y acabado y mucho menos documentarse e investigar.

Antes que aceptar trabajar por un salario indigno y ridículo, prefiero ponerme a fregar wáteres a 10-12 euros la hora, aunque mi cualificación profesional y mis veinte años de experiencia como periodista y escritora sirvan para otra cosa. De hecho, ya he desempeñado este trabajo todo lo dignamente que he podido; es decir, intentándolo hacer lo mejor posible, con profesionalidad, y adaptándome a los precios del mercado, sin intentar reventarlos.

Saludos de escobillas, me niego a que las editoriales y los medios WC nos deglutan, nos hagan papilla en sus desagües y nos aten con sus cadenas.

Más información:

Los periodistas indignados:
https://www.elespectador.com/impreso/vivir/articulo-316900-los-periodistas-indignados

Página Facebook de Gratis no trabajo:
https://www.facebook.com/pages/Gratis-No-Trabajo/328157617211495

Artículo putas y periodistas de David Jiménez:
https://davidjimenezblog.com/2011/12/01/putas-y-periodistas

El blog del redactor freelance:
https://www.redactorfreelance.com

El libro negro del periodismo:
https://www.publico.es/culturas/399031/el-periodismo-ya-tiene-su-libro-negro
 

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