Han matado a dos cerdos. Descansan en paz colgados de unas varas de acero bien atados y recubiertos de pimienta. Parece el guión de una película de los hermanos Coen, pero no lo es. A continuación os lo cuento con todo lujo de detalles.

Podría decirse que, como casi siempre todo lo que ocurre en mi vida, ésta semana pasada ha sido de lo más inesperada. No por las actividades programadas que van sucediendo a rajatabla según el plan previsto en la amplia agenda familiar, no, sino por esos sucesos colaterales que no te esperas y que llegan espontáneamente. A saber. Mi adorada amiga Xisca (quien por cierto mientras yo escribo ésto estará tumbada en alguna playa en República Dominicana bronceando su, ya de por sí,  tostada piel) me llamó el pasado jueves para anunciarme a las 9 de la mañana que me organizara para ir ¡ya! que en la casa de campo de sus padres, Can Pobles,  estaban haciendo una matanza y sabiendo de mis ganas de meterme en el ajo, me lo hacía saber. Vale más tarde que nunca, pensé.  

Cancelé varias cosas para poder unirme a la sangría. Y es que de todos es sabido mi afición a las "matances". Como en mi família ya no quedan descendientes que se dediquen a tan ardua y laboriosa tarea, me apunto a las de los demás porque disfruto mucho de ciertos pasos en el proceso. Me explico. No suelo asistir a la parte más gore, no por su ejecución, que es inevitable y ejemplarmente resuelta por experimentadas y ancestrales manos, sino por la hora. Demasiado pronto. Yo suelo apuntarme a media mañana cuando el cerdo, en este caso dos, ya han sido degollados, desangrados, desventrados, descuartizados y desmenuzados. Ya se sabe, del cerdo, sirve todo. Viendo todos los trozos que ocupan una gran mesa, caes en la cuenta de que es verdad.

Me viene a la cabeza la frase "del cerdo me gusta hasta sus andares". Pues eso, que me presento a media mañana cuando más de veinticinco personas se disponen a "berenar" y a saber por lo que se cuece en la enorme sartén, llego a punto para saborear el "frit de matances" que han preparado. Vivan las calorías.

Como no quisiera que las "madones" me juzguen ociosa, me pongo a hacer lo único que sé: coser los "budells" que servirán de bolsas para rellenar y "cordar" las sobrasadas y longanizas. Bueno también se ponerles la pimienta para que las ratas ni se acerquen. Está todo requetepensado, ¿qué te crees? Pues eso, que mientras hombres y mujeres bailan al unísono la danza de las tascas de "ses matances" caigo en la cuenta maravillada, del hermoso y perfecto engranaje que forma la cadena de producción.

Madres, padres, tios, padrinos, abuelos, hijos, primos y hasta amigos e invitados como yo enfrascados en sus respectivas tareas. Me encanta, pero a la hora de atar los cordeles de las sobrassades me doy cuenta de que mis uñas de porcelana no son nada prácticas para la labor. "Alerta nina, que se te espenyaran" me dice una señora, la misma que a mi llegada me dijo, " noooo, no t'a costis que te tacarás, vas massa mudada!" ¿mudada? Qué va...me quito la chaqueta , me pongo un delantal y ¡verás tú!, si tengo sangre payesa. Diluida en un bloddy mary marsellés, pero la tengo. 

Supongo que lo diría por el maquillaje, mi toque de rouge no ha pasado desapercibido, lo que no sabe la pobre es que, ni a tirar la basura salgo sin pintar. En fin que entre cotilleos y puestas a punto (todo el mundo opina de todo) pasan las agradables horas. Hasta algún santo varón se ha disparado con una "tonada matancera"...menos mal que no se me ha ocurrido ponerme el ipod con los cascos...modernidad y tradición no siempre son compatibles, aunque algún jovenzuelo de la família los lleva puestos. No me imagino coser intestinos calientes al son de Lady Gaga. Eso si, saco mi iPhone del bolso e inmortalizo parte de la secuencia y fumarme un cigarrito.

Me escapo a la cocina a usmear lo que están planeando preparar para comer. Arròs de matances, como no.

A la vista de la cantidad de veces que le echan especies y pimienta por turnos, son al menos cuatro cocineras, imagino que será un arroz "potent", herencia de la parte poblera famiiar. Más tarde escucharé en la mesa - "quan tu no hi eres, na Catalina n' ha refegit"...haciendo referencia al sabor picante del espeso y delicioso caldo del arròs brut. Son las tres de la tarde y tocan diana, los obreros de la carne fresca toman sus posiciones dispuestos a engullir el rico arroz que hierve en su caldo a la lumbre de una cocina transportable de gas. Las señoras vierten el rico manjar en sendas ensaladeras que son llevadas con cuidado a la mesa para que "cadas cú es faci plat" .

Dit i fet. Trozos de naranja y limón, ràvec tendre i  olives trencades acompañan en la mesa. Vino, cacahuetes y naranjas completan el rico menú. Aunque nadie refusa el café y los licores.

Cuando parece que vas a explotar y no te cabe nada más en tu estómago, una gentil mano te tienta a probar "sa coca de quarto" más amarilla que has visto en tu vida...es que "nina, està feta amb ous de veres". Ni que lo diga, aquí todo "es de veres", no como en mi nevera donde casi todo se me antoja de plástico. Mis cocas no quedan así ni de broma. Hinco el diente al trozo que me han dado en una servilleta, mmm, deliciosa y esponjosa. Un broche de oro para una jornada a la que, amigos, no pienso renunciar nunca, ¡lo juro por Dior!.

Ni aunque "me taqui" , "m' enbruti" i "m' esquitxi". Han matado dos cerdos y yo he participado. Ea.

Sandra Llabrés

Diccionario

rajatabla:  te rajas con la tabla...de tu entrenador!!!!

Can Pobles: lugar paradisíaco  que no desvelaré. Ni bajo tortura.

matances: maravillosa y ancestral tradición que si no nos ponemos las pilas, en dos generaciones más,  ya no existirá.

cerdo: el capullo que acaba de girar sin poner el intermitente y que por poco hace que te empotres en su c....!

descuartizado: es como queda tu chico después de varias semanas sin sexo.

berenar: cita laboral  ineludible a las 11 de la mañana.

madones: ¡las que mandan! Alertaaaaaaaa!

cadena de producción: Tú haciendo dulces cuendo tienes el periodo.

arròs brut:  arroz sucio, pero bueno.

ràvec tendre: lo siento no puedo explicar ésto,  ¡igual hay menores en la sala!