Las minas del rey Salomón
A veces es bueno, e incluso hasta prudente, echar la vista hacia atrás y recordar los viejos clásicos. Y eso vamos a hacer ahora. Allá en 1885 vio la luz, firmada por Henry Rider Haggar, la novela de aventuras “Las minas de Rey Salomón”, que gracias a una insólita y novedosa campaña de promoción que la anunciaba en grandes carteles por todo Londres como “el libro más asombroso jamás escrito” fue un absoluto e inmediato éxito de ventas.
Para quien a estas alturas no conozca la historia, confío en que alguien haya puesto que si no esta crítica sería inútil, he aquí una sinopsis:
Tras un aparentemente fortuito encuentro en un barco de vapor, el gran cazador Allan Quatermain es reclutado por el marino John Good y por Sir Henry Curtis para una insólita misión. Viajar a inexplorados territorios de Suráfrica para tratar de localizar al hermano de éste, extraviado algunos años atrás.
Si ya de por si se presenta una interesante aventura…añadámosle un antiquísimo mapa, un tesoro fabuloso, conspiraciones, guerras, amor, venganzas, y África. La maravillosa, sugerente, infinita y eterna África Negra.
Si alguno de ustedes ha cometido la osadía de no leer tan singular obra, la primera de una larga saga con Quatermain como protagonista, no deje pasar la ocasión, puesto que aun habiendo sido escrita hace más de un siglo, puede ser leída con el ritmo, la fluidez y la determinación del último best-seller.
James W. Knight.