Las secuelas del planeta de los simios (1)

El espectacular éxito de la película de Franklin J. Schaffner, El planeta de los simios (1968)  provocó que la Fox decidiera exprimir el limón hasta la última gota. Por una parte motivado por las circunstancias, las grandes superproducciones que creían iban arrasar en taquilla, La Estrella y El extravagante Dr. Dolittle pincharon, fueron dos sonados fiascos que les dejó en números rojos y estuvo a punto de hundir la productora. Así que decidieron jugar la baza segura, El planeta de los simios, que creyeron que iba a fracasar, triunfó y palió el desastre, librando a la Fox de la bancarrota. Así que se sacaron de la chistera un nuevo argumento y una nueva aventura, Regreso al planeta de los simios (1970) del director Ted Post.
Los recortes de presupuestos fue muy radical, eso se nota en los maquillajes de los simios que en muchas ocasiones son máscaras de goma de mala calidad. El argumento es catastrófico, apocalíptico, con unos mutantes que adoran una bomba de cobalto que es la Bomba del Día del Juicio Final.

Charlton Heston no quería saber anda del proyecto pero acabó aceptando una breve aparición como agradecimiento a Richard Zanuck, productor ejecutivo de la Fox, y esposo de Nova (Linda Harrison). Así que buscaron un nuevo protagonista James Francisco y adoptaron un tono oscuro, demoledor, que desagradó a muchos seguidores de la serie, pero que atrajo al público como moscas a la miel.
Los numeros rojos dejaron de serlo y la Fox se salvó de la quiebra aunque Zanuck y su esposa Linda fueron a engrosar la lista de parados siendo despedidos de la Fox que rescindió sus contratos.

Hollywood es capaz de todo. Tras rodar una película en la que el planeta Tierra es completamente destruido por una bomba de cobalto, la bomba del juicio final, los productores quieren seguir adelante para no perder los dividendos y Arthir P. Jacobs al recibir el encargo se quedó perplejo. No sabía cómo resolver el problema hasta que Paul Dehn tuvo una idea luminosa. La detonación provoca que la nave de Taylor regrese al pasado con sus tres tripulantes.
Así en Huida del planeta de los simios (1971), Aurelio y Zira, acompañados de Milo, el chimpancé que repara la nave, viajan a los Estados Unidos de 1971 donde son acogidos con simpatía y entusiasmo, excepto a un científico que le produce pánico la presencia de los recién llegados.
La película en un principio parece una comedia sonrosada Made in Hollywood para convertirse posteriormente en una narración sombría y terrible. ¿Se puede cambiar el futuro con unos asesinatos? La teoría de Hasslein (Erick Braeden) no puede ser más infantil. Si se viaja al pasado para liquidar a Hitler el nazismo no existiría. Es como si creyésemos que si viajando al pasado para asesinar a Franco se hubiera impedido la Guerra Civil y la dictadura posterior. Estos fenómenos no son individuales, son colectivos y se hubieran producido igual si los protagonistas fueran otros.
A pesar del infantilismo, defecto de la mayoría de las películas del género, y de su ingenuidad, esta tercera aventura resulta muy agradable de ver y se convierte en el episodio más simpático.

Rizando el rizo se quiso continuar las aventuras de estos simios con César, el hijo de Aurelio y Zira (llamado Milo en la anterior entrega), ya adulto y metido a revolucionario, contradiciendo los relatos que contaban en anteriores episodios. La rebelión de los simios (1972) nos muestran unos Estados Unidos convertidos en un Estado fascista. Las mascotas han fallecido de una epidemia y son sustituidos por los simios, reconvertidos además en un nuevo proletariado. César organiza la revuelta contra el hombre.
Este argumento ha inspirado la reciente producción El origen del planeta de los simios que comentaré en un post aparte.
Si este episodio muestra muchos puntos de interés, lamentablemente el recorte de presupuestos es drástico y perjudica al conjunto pero aún así el conjunto es vibrante, algo infantil, pero no desprovisto de interés convirtiéndose en uno de los mejores títulos de toda la saga.

Ante la insistencia de la Fox, Arthur P. Jacobs puso en marcha el quinto episodio, La conquista del planeta de los simios (1973), el más flojo de la saga, de nuevo con John Lee Thompson, y que continúa de la anterior. Inexplicablemente los simios hablan aunque aún estaban atrasados en la evolución de la especie y viven en casas de los árboles tras una hecatombe nuclear. Cesar está casado y tiene un hijo. Natalie Trundy es Liza su esposa repitiendo papel del filme anterior. La trama es más de aventuras que de ciencia ficción y poco o nada aporta a la saga.
La Fox no insistió más y la productora prefirió a dedicar su tiempo a Mark Twain, el fallecimiento de Arthur P. Jacobs dejó la compañía en manos de su esposa Natalie Trundy

Acabada la serie cinematográfica, la televisión produjo una serie en 1974 que fue un completo fracaso pese a contar con Roddy McDowall como el chimpancé Galen. Un año después Regreso al planeta de los simios, una serie de animación siguió su misma suerte.
En La loca historia de las galaxias (1987) de Mel Brooks aparece brevemente el planeta de los simios parodiando la escena final del clásico de 1968. En algún episodio de Los Simpsons aparecen citas a la serie representadas en una obra de teatro sobre la famosa película.

En 2001 se estrenó el esperado remake de El planeta de los simios, dirigido nada más y nada menos por Tim Burton, un llamado cineasta de culto por parte de los cinéfilos que se llevaron en su inmensa mayoría un chasco. La Fox no le permitió rodar su guión por lo que tuvieron que escribir otro que no satisfizo al famoso director. La técnica cinematográfica había progresado mucho desde 1968, aunque la evolución superior es la realizada en la última década que ha dado como resultado El origen del planeta de los simios.
Desde luego el guión es lo peor de la versión Burton, una serie de incongruencias a cada cual más absurdo. La trama parece bien la quinta y última película de la saga original o tal vez la serie de televisión que no obtuvo ningún éxito. Los humanos hablan, el viaje no respeta la unidad de tiempo y de lugar. Todo es deslavazado, incoherente y absurdo. La puesta en escena en cambio está muy lograda y las caracterizaciones de los simios es perfecta, incluyendo la del propio Charlton Heston como padre de Thade.
Del proyecto original sólo queda este par de cameos, por ejemplo reaparece brevemente Linda Harrison en la secuencia de la jaula humana. Los simios son distintos, en la versión original las diferentes clases de primates representan una función de acuerdo con su especie. En esta versión no. El planeta de los simios y la Tierra son dos mundos diferentes y los humanos hablan, aunque están sometidos a la dictadura simia.
El papel de la chica está muy desdibujado, Estelle Warren es más una figura decorativa y su papel es gris, irrelevante. Helena Bonham Carter es la doctora simia aunque con el nombre cambiado. Realiza muy buen trabajo aunque es Tim Roth quien supera al resto del reparto.
El final de la película recuerda el de la novela de Pierre Boulle, pero en conjunto le falta personalidad. Los personajes tienen poca fuerza y el conjunto poca personalidad. Casi recuerda un telefilme de la serie de 1974 que tan poco éxito tuvo, la calidad del original de 1968 es actualmente inalcanzable.

Salvador Sáinz

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