Xavier Zubiri, discípulo de Ortega y Gasset constataba que los tres grandes pilares en los que se sustenta nuestra civilización son la Filosofía Griega, el Derecho Romano y la Religión Judeo-Cristiana. Sin duda, tres grandes legados a los que quiero dedicar unas letras y en concreto a una de esas facciones nombradas, a mis queridos griegos, ancestros y parte de nuestro acervo cultural. Si reflexionamos un poquito nos damos cuenta que si pensamos y razonamos tal como lo hacemos, se debe en gran medida a la lógica y la reflexión de aquellos filósofos. Tres siglos de Grecia Clásica revolucionaron el mundo entonces conocido y marcaron definitivamente la historia del conocimiento y del saber para siempre, pues hoy seguimos siendo tributarios de aquella gran explosión helénica creadora.  Sus conceptos, sus cánones de belleza estética, sus valores políticos, hoy también “son los nuestros”.  Grandes ejemplos los encontramos en los conceptos religiosos y morales por los que nos dejamos imbuir en “Los trabajos y los días” de Hesíodo. El valor de la disciplina y la voluntad para cumplir como auténticos ciudadanos que comprendimos con Solón. El sacrificio y el esfuerzo que nos mostró Píndaro con el atleta que triunfa en Olimpos y Delfos. Con Pericles se vivió el esplendor de la democracia, el poder que emana del pueblo y que recogió sus bases Clístenes en su ensayo ‘Isonomía’ donde subrayó la igualdad legal. Platón nos dio a conocer a su maestro Sócrates y nos acercó a Aristóteles, los que nos iniciaron en la curiosidad de preguntarnos sobre nosotros y sobre el mundo en el que vivimos. El tiempo en vez de lineal más bien parece ser circular, nuestros queridos griegos miles de años atrás, sostuvieron y manifestaron los mismos problemas que hoy seguimos teniendo. Ellos ya hablaron sobre el no futuro de la juventud, la carencia de valores y la falta de respeto.

Consciente de todo el pasado histórico común pienso que los políticos europeos cuando hace unos años insistieron en redescubrir Europa a través de su identidad pretérita, podrían focalizar su atención en la imagen topográfica de Grecia, Roma y Jerusalén pues a fin de cuentas, son las que han concretado nuestro “ser occidental”.

A pocos días de elecciones, creo conveniente recordar una triple exigencia, planteada por Cicerón  que sostenía que para que la democracia funcione rectamente debe partir de  un ‘Pueblo culto, Leyes justas, gobernantes honrados’.  Analicen ustedes en qué fallamos?

Por Cristina Gamero