Flotando subo a la balanza y los últimos vecinos de mi calle se tapan los oídos. ¿Cómo ha podido suceder? ¿¿¡¡¡¿Cómooooooooooo!!!??? Y lo peor...¿¿¿¡¡cuándo!!!??? Pues sí señor, las semanas de trabajo intenso ante el ordenador dan sus frutos, 2 kilos más pal saco. Mecachis en la mar, ¿quién me mandaría a mi aficionarme a la repostería de manual? Dos malditos kilos, que dan un total de 2000 gramos extras que sumados a los anteriores se llevan al traste la ilusión que tenía de enfundarme una petite robe rouge estas próximas fiestas. Pero eso es totalmente intranscendente habida cuenta de lo mal que pintan estas mismas, las fiestas,  si no se espabilan los del parquet. ¿Que a qué me refiero? Pues al maldito parquet que se estropeó este verano por culpa de una fuga de agua. Tubería kaput. Parquet kaput. Tranquilidad kaput también. Desde que los del seguro tomaron cartas en el asunto, me remito al mes de junio, el suelo de mi planta inferior ha pasado por varias e infructuosas fases. A la de, "no se preocupe señora, le mandamos un perito", siguió "hemos autorizado el arreglo de todos los desperfectos", "tranquila, el seguro lo cubre todo" y luego llegó "muy bien, todo arreglado y en orden. Que disfrute de su nuevo suelo." Yupiiiii.

Y una mierda. La alegría duró lo que tarda un broching de tu peluquera un día de humedad en Mallorca. Un telediario, vamos. A la vuelta de un viaje familiar el suelo parecía que a falta de oxígeno y agua para refrescarse de las altísimas temperaturas del verano se hubiera montado una montaña rusa particular, para entretenerse. Pues vaya por Dios, o por ¡el yerno del Rey! que por lo visto también es santo. ¿Y ahora qué hacemos? Pues nada, llama al seguro, pega la bronca, exige otra empresa, recibe de nuevo al perito, recibe a la nueva empresa, explica la historia, desmonta los muebles, trajina los libros, duerme sin suelo y reza. Ahora me encuentro en fase tres. La una y la dos la hemos superado sin dificultad, pero ahora se impone una nueva visita del perito. Estoy por invitarle en nochevieja, ya casi somos íntimos (tu me dirás, desde agosto viene cada mes) y me gustaría deleitarle con una deliciosa cena junto a mis amigos que debo sentar en una larga mesa que irá colocada en el suelo, sin suelo, del supuesto parquet flotante que debo tener pero que por varias razones técnicas, no tengo. A este paso estoy por decir a mis invitados que lo pusieron tan bueno que se ha pegado al techo. Fíjate si flota. Resumiendo, entre peritaje y peritaje mis amigos esperan impacientemente que se resuelva el conflicto. Ah! ¿Que no os he dicho cual es el problema? Pues es muy fácil de entender. Que si hubieran esperado a que el suelo se secara después de la gran inundación, otro gallo hubiese cantado y no se habrían formado esas malditas humedades asquerosas de m.... Y yo, idiota, que  ¡agasajaba a los operarios con cervezas bien fresquitas en agosto para alegrarles la dura tarea de arreglarme el suelo de mi casa mientras uno de ellos me confesaba que nunca había puesto parquet! Pobrecito, pensaba yo, otro que aprende a hacer lo que haga falta con tal de currar. Ahora si me lo ponen a tiro lo degollo. Pero bueno, gracias a diversas conversaciones femeninas que me han hecho apreciar el lado positivo de la situación, ahora vivo sobre el terrazo como antiguamente en las viejas casa de pueblo que en lugar de fregar se limitaban a tirar un poco de agua para atrapar el polvo y barrer a continuación. Fíjate si me he adaptado que solo falta que pasen las caballerías por el centro del salón de abajo, camino de la coladuría como si de la entrada a los Reales Alcázares se tratara. Un poema oye. Pero lejos de desesperarme tengo fe en el mismísimo perito como si de una mismísima santidad se tratase. Fíjate que estoy por decirle a mi hijo que estudie de eso.

Hazte perito hijo, le he dicho este mediodía, -que me haga quéééééé?- , me ha contestado. Perito hijo, perito o lo que es lo mismo "experto en algo", habitualmente hay dos tipos el perito: el perito judicial y el perito ingeniero técnico, le explico con amor. El primero suele ser un profesional dotado de conocimientos especializados que suministra información u opinión fundada a los tribunales de justicia sobre puntos ligitiosos que son materia de su dictamen. Como una vecina chismosa pero con potestad. El otro es un experto en el ámbito de ingeniería civil. Llega a tu casa y te hace una visita de médico, por lo rápida que es, mira por todas partes, se agacha, tira unas fotos y se va. Y depende en buena parte de lo que él decida que tú tengas nuevo parquet o no. Un chollo de curro, vamos. Y como todo el mundo esté pendiente de él como lo estoy yo estos días no me extraña que tenga ese panzón, ¡si le espero con una botella de Moët en la nevera y plato de polvorones para que su informe sea rápido y favorable1. Mi hijo levanta una ceja y me dice -mamá estás loca- y creo que tiene razón, ahora mismo si mi hijo se acerca a algún tipo de especialización esa sin duda es de experto en Age of war II de Play Station. Yo loca por ver como con las láminas de parquet reconstruye el suelo de mi vida mientras él se carga media humanidad. Construcción versus deconstrucción. La vida tiene esos contrastes y todos están bajo mi techo sin suelo. Le vuelvo a ponderar las maravillas de un trabajo como ese a mi hijo con la ilusión de que le apetezca empezar a pensar en un porvenir tan brillante como la calva de nuestro perito que ha venido a casa unas cuatro veces y todas a bordo de un BMW con chófer.

Bien, pues en esas estamos. Le acabo de escribir una carta a todos los magos y paramagos del mundo mundial para que se enrollen conmigo y hagan encajar las piezas. De parquet. Y que no se vuelva a "bufar" como se dice en Mallorca. Recordemos que durante años nos habían robado la ilusión del parquet diciendonos, - no senyora, que això aquí se bufa- y tu hacías caso. Ahora sabemos que no es cierto, exceptuando ocasiones especiales como la mía. Lo cual indica con todo probabilidad que era una estrategia de los del gres para vender más material. ¿Pues sabes qué te digo? que como no se espabilen pronto la empresa del parquet voy a cambiar de idea y voy a poner suelo de gres porcelánico, que este seguro que ¡¡¡no-se-bu-fa!!!Podré fregar con agua el suelo, y jubilaré la mopa un tiempo. Si cae algo de líquido no pondré el berrido en el cielo y si la gente  entra con tacones no pondré mala cara. Está casi decidido y siento como una triunfal liberación me eriza el vello. Si no vienen la semana que viene a ponerme el parquet, pongo gres, au idò! Llamaré a Madrid, a los del seguro, que tienen la central ahí,  y les pediré que me manden de nuevo al perito (que sin su opinión allí, nadie mueve ficha aquí) y le explico mis nuevos planes que para eso están los amigos, y de paso le invito a comer paella, ¡que me sale muy buena! Y reflexionando ondamente sobre el asunto, en mi próxima vida ya sé lo que voy a ser. Una perita muy mona. Guau!

DICCIONARIO

balanza: lo que estás obligada a hacer para mantener el equilibrio sobre esos taconazos tan monos como incómodos.

petite robe rouge: un vestido im-pres-cin-di-ble esta temporada y el que me meteré sí o sí.

parquet: lo que pisan los capullos que hacen que la bolsa se vuelva loca.

nochevieja: no sé por qué la llaman vieja, deberían llamarla nocheloca o nochelarga o nochealegre o nochechideboconduchir...

cervezas: es como el quitaesmalte, siempre  hay que tener.

poema: tu cara al ver la factura del iphone.

experto: nadie que conozca.

Age of war: un juego estúpido al que juegan niños, adolescentes y muchos hombres...pero muchos.

gres: una fábrica con madrina de lujo asiática requeteoperadadeportodo.

Sandra Llabrés