La manipulación manual ha tenido gran tradición a lo largo de la historia: Hipócrates, considerado el padre de la medicina moderna, manipulaba articulaciones allá en 450-365BC. Hace poco más de 100 años que Daniel David Palmer, un profesor Canadiense afincado en Davenport, Iowa estableció las bases de la quiropráctica. Palmer estaba estudiando las causas y los efectos de las enfermedades. 

El 18 de de septiembre de 1895, Palmer realizó lo que convertiría en el primer ajuste quiropráctico a su portero Harvey Lillard, un hombre que se había quedado sordo 17 años atrás después de un accidente. Palmer, conocedor de la biomecánica de la columna vertebral, descubrió un “bulto” en el cuello de Lillard y sospechó que una vértebra se había desplazada produciendo interferencia en los nervios que controlan la capacidad auditiva. Con un empujoncito trató de reposicionarla y después de varias sessions, Lillard recuperó la audición.

Palmer pensaba haber descubierto la cura para la sordera. En poco tiempo tenía largas colas de gente sorda delante de su despacho, de ellos ninguno más recuperó la audición, pero le contaban a Palmer que habían mejorado de otros problemas que padecían sin que Palmer estuviera consciente de ello. El siguió investigando para concluir que nuestro cuerpo posee una posibilidad interna de curación. No siempre es necesario recurrir a aportes químicos temporales ante cualquier dolencia; simplemente restableciendo el funcionamiento pleno a través de los ajustes vertebrales se favorece el flujo nervioso de la compleja red que nos recorre. Partiendo de la aportación de su padre, B.J. Palmer, científico reconocido, siguió sus pasos estudiando la relación entre el sistema nervioso y la salud y fundó la primera universidad en Iowa, origen de la proliferación de la quiropráctica mundialmente.

En estos más de 100 años de historia, la profesión ha demostrado su eficacia y seguridad en millones de pacientes, y uno de los casos que más se ven en las consultas quiroprácticas son problemas lumbares. Hay que hacer hincapié que la quiropráctica no es un tratamiento contra el dolor lumbar ni otros síntomas o síndromes relacionados con la columna lumbar: el quiropráctico atiende condiciones tanto músculo esqueletales como neurológicas. La quiropráctica es la ciencia dedicada a la detección y corrección de subluxaciones, desalineamientos de las vértebras, que a su vez afectan al sistema nervioso que a su vez controla a tejidos y órganos impidiendo un correcto funcionamiento de los mismos. Por lo que el paciente puede corregir tanto problemas mecánicos propiamente relacionados con la columna como trastornos orgánicos provocados por una alteración nerviosa.

La palabra lumbalgia significa literalmente dolor de lumbares y el origen de la dolencia puede ser variado, aunque comúnmente se asocia con problemas de espalda, de disco, musculares o nerviosos en la zona. Se considera que el 80% de la población adulta a nivel mundial, según datos facilitados por la OMS, padecen a padecerán problemas lumbares de una a cinco veces a lo largo de su vida. Según este informe se considera uno de los problemas que mayor incapacidad laboral provoca y el que más gastos genera para las empresas, la industria y el gobierno.

Según un informe de la Clínica Armstrong Internacional de Madrid, la hernia discal afecta a un 20% de la población española, a menudo sin síntomas aparentes. El origen suele encontrarse en lumbalgias comunes sin tratar, con episodios de repetición que pueden afectar a más del 90% de los pacientes a lo largo de sus vidas.

Estas dolencias son la causa principal de un 20% de las bajas laborales temporales en nuestro país, de casi la mitad de jubilaciones anticipadas y más de 113.000 bajas permanentes anuales.

El mismo centro madrileño se asegura que “un 95% de las lumborradiculalgias de origen discal evolucionan hacia la curación sin necesidad de cirugía”. Por ello se considera muy importante el agotar las posibilidades terapéuticas antes de recurrir a una operación quirúrgica con la quiropráctica siendo la opción que mejores resultados produce.

Interferencias en el sistema nervioso a nivel lumbar repercuten al cuerpo en cualquier nivel del ombligo hacia abajo: el plexo sacro del que deriva el nervio ciático cubre la columna lumbar en su totalidad. El nervio ciático recorre las piernas y si su raíz resulta comprimida el nervio se inflama y produce dolor en la extremidad y la sensación de descarga eléctrica en la pierna afectada.

De la zona lumbar salen también los nervios que controlan funciones como digestión, reproducción y gestación y movilidad del tren inferior. Se van describiendo “síndromes” nuevos relacionados con esta zona (y creando fármacos nuevos para combatirlos) con bastante frecuencia. Uno de los últimos se llama “síndrome de piernas inquietas”, descrito como una necesidad incontrolable del paciente, sobre todo de noche, de caminar o mover las piernas que casi siempre alivia la molestia. En la mayoría los casos que se han estudiado hay un historial previo de lumbalgia. La explicación quiropráctica a este síndrome se basa en una lógica sencilla: la interferencia sobre los nervios que controlan los músculos en las piernas provocan la hiperiritabilidad y hipertonicidad de ellos. Se trata de un cortocircuito provocado por la presión sobre le nervio, al moverse el paciente cambia la presión y desaparecen los síntomas ya que la vértebra deja de comprimir al nervio.

Sean cuales sean las causas, es evidente que la buena salud de la columna es fundamental para el correcto funcionamiento, no sólo de la misma, sino del sistema nervioso en general y de todos los órganos, glándulas y tejidos que controla.

Karel Deprez, Quiropráctico - Palma