Viaje a Rapa Nui (Isla de Pascua). Por Toni Grimalt
Desde que a mediados de los 90 llego a mis manos un ejemplar del " Aku-Aku", del famoso explorador noruego Thor Heyerdahl sobre su viaje a la Isla de Pascua me propuse que un día también conocería aquella célebre Isla, el relato me resulto absolutamente apasionante.
El viaje no resultaba fácil desde España, por eso aproveché uno de mis viajes a Mendoza, Argentina, donde tengo familiares, para organizarlo desde allá, un orto vuelo a Santiago y luego otro de 4 horas hasta Rapa-Nui ( Isla Pascua ).
El vuelo es el mismo que va a Papeete, Tahiti, hace escala en Pascua y allá me bajé, éramos pocos los turistas, la mayoría que me encontré en la isla eran Japoneses cargados con sus cámaras. Al bajarme del avión , ya se me puso la carne de gallina, cuando has soñado con viajar a un destino especial, que siempre lo has visto tan lejano, como este caso, lo que sientes al pisar el suelo es indescriptible, y creo que mas si vas solo, como era mi caso.
La isla tiene una superficie de 163,6 km², y una población de 3.790 habitantes, la mayoría son un destacamento militar Chileno que hay en el centro, luego inmigrantes, algunos europeos y maorís, los más antiguos del lugar, y solamente un poblado, Hanga Roa, Recuerdo que la carretera más larga tenía 16 Km que eran los que recorría de madrugada en mi empeño de fotografiar los moais al amanecer, en todo este trayecto no encontraba ni una sola persona. En toda la isla hay unos 1000 moais, siendo los mayores de 22 m. y los más pequeños de apenas 2 m.
Seguía a rajatabla lo que había leído en Aku-Aku, descubrí el primer moai que restauró Thor y sus ayudantes, las cuevas donde encerraban a las vírgenes antes de la boda y las 2 playas, que por cierto coincidí en una de ellas con la nave que había construido el aventurero Español Kitín Muñoz con la cual pretendía viajar al continente Americano, emulando a Thor y que no logró.
La isla no tiene desperdicio, es un verdadero museo al aire libre, y si uno lee su historia es apasionante, sabía que a causa de las guerra entre orejas cortas (los esclavos) y orejas largas (la clase dominante) una guerra cruel, hasta el punto que por falta de alimentos hubo casos de canibalismo, los orejas largas cayeron en una trampa, una zanja que abrieron los orejas cortas, esta zanja aún se puede ver, me quede paralizado cuando la descubrí, cuanto horror había contemplado aquel lugar.
La historia de Rapa-Nui puede ser una gran lección para la humanidad, ya que es un ejemplo de lo que podría ocurrir si un día se agotan los recursos por la superpoblación y se llega a la autodestrucción.
Se necesitaban centenares de troncos para hacer rodar los Moais y llevarlos a su lugar definitivo, eso unido a que la Isla está a 3000 km de la otra isla más cercana les hizo creer que eran los únicos habitantes del mundo y que no podían emigrar a otras tierras, llegó un momento en que la isla se quedo desértica gracias a la tala masiva, (los pocos árboles que hay ahora son repoblados) y por supuesto a la falta de comida lo que llevó a la población de Pascua a la autoaniquilación.
Siempre presto mucha importancia al tema culinario, aunque no soy muy del pescado no tenía mucha elección, hay mucho pescado en Pascua, el ceviche (plato con pescado crudo marinado) era exquisito, lo más curioso es que en varios restaurantes que frecuenté ni había carta, el cocinero se limitaba a pedirte si querías pescado o carne y de inmediato se iba a comprar lo que había elegido, todo muy familiar.
En definitiva un viaje apasionante, instructivo y fotográficamente muy interesante, a pesar de que todos hemos visto las típicas imágenes de las gigantestas caras de piedra, fue el primer viaje donde use el trípode, un Cullman magig-2, muy útil para viaje, mi querida Pentax LX, una maravilla mecánica, un 28-70mm. Y un 70-200mm. Además , tratando de aprovechar bien la ocasión, hice diapositivas y ByN al mismo tiempo.
Fotos y Texto: TONI GRIMALT