Biel Pol: Joana, ¿otra vez afilando la katana? Qué miedo das. ¿En qué piensas?

Joana Pol:  Pienso que este país es una ruina. Y no soy la única. A saber si en alguna parte ya están afilando guillotinas, como siempre vamos por detrás de los franceses en tantas cosas...

B.P.:  ¡Demonio de mujer! Podría ser peor, al menos en nuestro país tenemos una democracia envidiada por muchos. Pregúntales a todos estos que vinieron en pateras.  

J.P.: Hermanito, por favor. ¿Democracia? Una idea hermosa. Este país nuestro ha pasado en los últimos dos siglos por monarquías nefastas, repúblicas caóticas, una terrible guerra civil seguida de una asfixiante dictadura, para pasar por una prometedora democracia que ha derivado en nepotismo, cleptocracia y plutocracia.

B.P.: Tranquila, tranquila. Espera, que te abanico un poco, que en menos de un minuto te has puesto roja, morada, azul, verde y amarilla. Piensa en cosas bonitas. Piensa que el PP ha llegado al rescate.  

J.P.:  ¿Al rescate… de quién? De momento no veo que estén rescatando a las familias desahuciadas, ni a los jóvenes, ni a los desempleados, ni a los pequeños empresarios, ni…

B.P.: Pero mujer...

J.P.: ¡Qué pero ni pero! ¡Nada de peros! Que mucha gente les ha votado, como mi amiga que temía por su empleo, ella suspirando porque llegara el cambio y con el cambio la estabilidad laboral y económica, y llegan ellos y mi amiga ¡a la puta calle! ¡Como tantos y tantos y tantos!

B.P.: So bruja, dales una oportunidad. Llegaron y se encontraron con el árbol de la economía seriamente enfermo. Tienen que podar las ramas parásitas que chupan sin dar fruto, y las enfermas. Los recortes son necesarios para que pronto veamos brotes nuevos, llenos de fuerza y vitalidad que den fruto abundante.

J.P.: Pues cuidado que no estén recortando algunas ramas equivocadas, y estén dejando las más perniciosas. La definición de nuestro actual gobierno es el de un poder que lucha contra el gusto del pueblo que lo puso a gobernar, en algunos asuntos mal encaminado para rescatar al país de la ruina y la vergüenza, aunque quisiera equivocarme. La katana que yo afilo en nuestras conversaciones es una katana metafórica, pero si los recortes y la reforma laboral no surten el efecto deseado, rodarán cabezas y correrá la sangre.  

B.P.: Joana, ya sabes lo que se dice, “la medicina es amarga pero el enfermo la necesita”.

J.P.: Sí, pero tal parece que ponerle sanguijuelas a este enfermo es un remedio anticuado y poco imaginativo. Como este enfermo se nos muera nos cargamos al médico y a las enfermeras.

B.P.: Me estás dando mucho miedo. ¿Tienes alguna idea genial que proponer?

J.P.: Sí: ¡¡¡AMAS DE CASA AL PODER!!!

B.P.: ¡Eres diabólica!