¿Alguna vez te has preguntado “¿Cómo sabe dónde duele?” cuando tomas una pastilla para el dolor de cabeza? (Tendría que ser contra el dolor, pero bueno, esto es otro tema.)

¿O te llamó la atención que la misma pastilla no sólo se puede tomar en caso de dolor de cabeza, pero también contra el dolor de muelas, o de lumbares, o de menstruación?

La pastilla no va a ningún sitio otro que el cerebro, dónde se registra el dolor, particularmente en el mesencéfalo, en la mitad del cerebro donde también se perciben para la audición y la visión. La pastillas influyen químicamente o hormonalmente sobre el cerebro, y provocan reacciones en el cuerpo a base de esta estimulación. Un antiinflamatorio no sabe dónde está la inflamación, que por cierto es una reacción regeneradora y curativa del cuerpo, por lo que puede que te quitan el dolor, pero te frenan la recuperación. Al  igual que un relajante muscular que no sabe cuales de tus 650 músculos relajar, cualquiera que haya tomado un relajante muscular te confirmará que te dejan “hecho un flan”. Y luego está la pastilla más consumida en el mundo, la píldora. Se calcula que 300 millones de mujeres la hayan usada en su vida, y que actualmente 100 millones de mujeres la consuman a diario…

La píldora es un medicamento que interfiere con las funciones normales de fertilidad en el cuerpo de la mujer ya que induce un estado similar al embarazo. Piensa en los primeros efectos de tomar la píldora: cambios de humor, aumento de peso y más volumen de pecho y los primeros índices de que una mujer está embarazada (cambios de humor, etc.). Las hormonas sintéticas que contiene la píldora son 4 veces más potentes que las producidas por el cuerpo y aparte de impedir la ovulación, provoca que el cuello del útero sea impenetrable y que el útero no sea receptivo a la implantación de un embrión.

El hecho de estar engañando el cuerpo trae consecuencias: la menstruación, fisiológicamente hablando, es ahora un mini aborto, piensa que el cerebro cree que hay un embarazo por lo que bloqueó la respuesta natural de ovulación. A lo largo esto provoca efectos secundarios, más o menos serios en hasta un 27% de mujeres. Los síntomas pueden ir de un aumento en peso a dolores de cabeza, pasando por pérdida de libido y de fertilidad.

Toda mujer sabe que el ciclo menstrual influye en el libido. En un estudio llamada “el estudio de la camiseta” realizado en los años 90 demostró que todos transmitimos hormonas llamado feromonas (se concentran en el sudor y en la piel y en el estudio las mujeres olían camisetas usadas por hombres de varios tipos durante dos días). Resulta que las mujeres se sentían atraídas por hombres distintos durante distintos momentos de su ciclo, y que las embarazadas buscaban un tipo que a se les parecía mucho a nivel genético, mientras las que estaban ovulando buscaban tipos genéticamente lo más diferente a ellas. Al emular la píldora un embarazo, la mujer se fija en otro tipo de pareja de lo que ella buscaría normalmente…

Los doctores Goldstein y Planzer han realizado los estudios más importantes sobre la influencia de los anticonceptivos orales en la libido: las pastillas reducen el nivel de testosterona de forma drástica, la testosterona es esencial para el apetito sexual en ambos sexos. Los dos concluyeron que después de 6 meses de uso la mujer podría perder su apetito sexual y que incluso dejando de tomar la píldora no conlleva la recuperación del mismo.

Estudios más recientes indican además que la píldora no solo suprime el deseo mientras se ingiere sino que lo hace durante muchos meses posteriores a haberla dejado de tomar. Al parecer la pastilla anticonceptiva aumenta los niveles de una proteína muy importante en este proceso.

El Dr. Goldstein, director de la revista “The Journal of Sexual Medicine”, explica que en los estudios las mujeres que toman los anticonceptivos tienen cuatro veces más altos los niveles de la proteína inactivadora de la testosterona que las mujeres que nunca las habían tomado. Pero, además, aquellas mujeres que dejan de tomar esta medicación siguen teniendo el doble de alto este nivel incluso con el paso de los meses.

Karel Deprez - Quiropráctico - Palma