Últimamente, me parece estar viviendo en un Power Point. Uno de esos que te envían con el asunto: “Buenísimo. Te vas a partir”, y que trata de la repetidísima situación en la que el marido o la mujer “pillan” al cónyuge con el /la amante en la cama. Entonces el pillado, apelando a su ingenio y supongo que a un milagro del cielo también, espeta aquello de: “¡Cariño, no es lo que parece!”.

Efectivamente, en los últimos tiempos nada resulta ser lo que parece. Abro la puerta (portada) de los periódicos y todo me parece paradójico y pondré un par de ejemplos al azar:

Paradoja 1/

Los pepinos crecían como enanos de jardín en el poblado de plásticos translúcidos. Subían hermosos y transgénicos, con su piel-armadura de protuberancias, que los convierte en los guerreros de terracota del mundo vegetal. El día en que entraron en la edad adulta, algunos de ellos fueron destinados a Alemania. Su misión era pacífica y humanitaria: formar parte de ensaladas y otras funciones gastronómicas, pero esos desgraciados fueron tratados como armas de destrucción masiva, como el ántrax, la goma-2, o incluso, por poner un ejemplo más radical, como a Lucía, la última representante de España en Eurovisión (que quedó en el antepenúltimo puesto), (justo castigo por no enviar a AURYN de los que soy fan).

¿Cómo unos inocentes aunque fálicos pepinos, pueden causar tanto horror?. Sencillamente poniéndoles la pegatina de E-Coli . Como un apodo en el insti, como un nick siniestro, como un epílogo mortal. Eso, y que “la seño” del Ministerio de Sanidad alemana salga a eructarlo a los cuatro vientos.

Sabiamos que a alguna gente el pepino le repite, pero de ahí a esa ordinariez…

¿Cómo puede ser tan malo un vegetal español?

Paradoja 2/ 

Llegó hace dos legislaturas con sus cejas circunflejas, y su sonrisa de “se algo que tu no sabes y por eso me ligo a la rubia”. Se fumó un puro con el mantra “esfuerzo, trabajo y sacrificio” de Rajoy, que a los españoles debió sonarles como el rótulo de un campo de concentración. Chuleó en Nueva York  haciéndole la peineta a Berlusconi y Sarkozy. Se metió en un jardín llamado Alianza de las civilizaciones. Y como siempre quiso ser el chico duro de las pelis que veía en el cine de León, fue grosero con los amigos de buena familia y se fue al patio de atrás a jugar con los golfos (Chavez, Castro, Evo, Mohamed). Todos parecían encantados con el.

Poco a poco se fueron acabando las Dam de la nevera y los Sanjacobos, y las palomitas. Y el chino no le fiaba los rollitos, ni tampoco la Telepizza.  Y ya nadie iba a ver las pelis de Pilar Bardem a Moncloa  (ni siquiera Pilar Bardem). Ahora era un looser.

 Un domingo de Mayo, mes en el que florecen las revoluciones, la cola del paro, como una serpiente airada, cambió ventanilla por urna. Y se acabó el talante.

¿Cómo un chico tan popular puede volverse un apepinado?

Paradoja 3/

Los Pitufos eran aquellos personajes azules creados por Péyo, un dibujante franco belga.  En aquel momento Pitufar era guay. Eran graciosos aquellos dibujos en el comic, luego serie de TV. Coleccionábamos pitufos. El azul Pitufo estába de moda.

Pues bien para desmontarnos un poco más la niñez o adolescencia, llega  el francés Antoine Bueno, con un texto, “El pequeño libro azul”, un análisis critico y político de la sociedad de los Pitufos (sic). En él, el bueno del Monsieur Bueno, desde la coartada de su apellido (obviamente español), vincula a la sociedad de los Pitufos con regímenes como el Nazismo, el Comunismo, y los totalitarismos en general. Además  ve características  xenófobas, especialmente antisemitas.

Consciente de que nos ha desinflado el mito, se disculpa con lo de que sólo quería hacer “un acercamiento distanciado de adulto”.

¿Cómo unos inocentes dibujillos pueden no ya ser malvados sino, simplemente, ser tantas cosas en un cuerpo tan pequeño?...

Resumen paradójico:

Pepinos agresivos, Presidentes que alucinan pepinos, Pitufos antisemitas…

- Pero ¿que es esto?

- CARIÑO: ¡¡¡ NO ES LO QUE PARECE !!!.

Jaime Roig de Diego.