“Me gusta la fiesta cuando no obliga a los amigos a la mañana siguiente a mirarse avergonzados”

  Ernest Thomas Walton

Las fiestas eran unas pausas laborales nacidas de la lógica del calendario agrícola. ¿Terminabas la cosecha?, pues te montabas una fiestuki con el Beaujolais o el primer vino, que emborracha que te cagas porque no está fermentado del todo. Y así sucesivamente. Ya nadie sabe lo que son los solsticios. Es por eso que ahora las fiestas populares ya no tienen sentido y se tienen que reinventar.

En el famoso Test que te mandaban por Internet para saber si eres Mallorquín…¡si hombre!, ese que tiene un montón de “pruebas de peculiar idiosincrasia” y empieza:

“SABES SI ERES MALLORQUÍN DE VERDAD SI:

1) Tienes alguna tía, tía abuela o familiar que se llame Apolónia,

Catalina María, Antonia María o Juana Ana. Y no te resultan totalmente

extraños los nombres Onofre, Cosme, Melsion o Práxedes (Pixedis).

2) A tus padres ni se les pasó por la cabeza llamarte otra cosa que el

nombre de tu abuelo/a

3) Has oído muchas veces a alguien  que anuncia que “va a colgarse” porque está cansado

4) Te asombras de que en la Península hagan bocadillos sin tomate ni aceite

…”

en el punto 21 dice:

21) Si eres de Palma, te sientes más seguro en el Bronx de Nueva York que en las verbenas de cualquier pueblo de Mallorca”.

Eso hace unos años era ya una realidad un poco exagerada. Ahora, se ha quedado corta.

Las fiestas de los pueblos han evolucionado hacia una Kaleborroquización  extrema.

Veamos: El 22 de Agosto aparecía profanado el Cementerio de Consell, tras la verbena JUVENIL de las fiestas de Sant Bartomeu. Andreu Isern, Alcalde del municipio, muy enfadado, sopesaba suspender dicha verbena el año próximo.

Montuiri en cambio es un lugar que parece que ha dejado siempre rienda suelta a las gracietas de esas hordas asilvestradas llamadas “quintos” cuya programación cultural y lúdica durante su efemérides consiste en ponerle sostenes a las cosas y destrozar el mobiliario urbano (cosa que retrata el encefalograma de los ilustres componentes). Mutilar y pintar el toro de Osborne (la proximidad hace sospechar de la “autoría), ha sido otra de las manifestaciones culturales de un pueblo, que no debería consentir que se le identifique únicamente con la gamberrada sistemática. La mayoría no tiene la culpa de lo que hacen unos pocos, pero los padres si.

Durante estas pasadas fiestas de Sant Bartomeu, en el Museo Arqueológico de Son Fornés se han proyectado entre otros, la “Medea” de Passolini, y el “Sebastiane” de Derek Jarman. No se cual ha sido el criterio del comisario pero me parece muy adecuado: Films de la arqueología Gay entre las venerables piedras Talaióticas. Espero que ningún alma de cántaro esperase ver películas de Historia sagrada (se habrá caído de culo). En cualquier caso, un avance cualitativo importante con respecto a la bruticie del “quintocolumnismo” escolar jarrai.

Curiosamente esas fiestas “populares” cuyo objetivo es bajar un pino del quinto idem (un edil perdió un dedo en una de sus últimas ediciones), entrar un Motorino en marcha a hombros de unos mozos completamente pedo ( con motorista pedo incluido), etc, etc…están teñidos de un pretendido buenismo y aggiornamento porque se han sustituido los patos de verdad por patos de plástico y ¡oh! gran muestra de civilización, se han evitado las corridas de toros.

Hay a quien le repelen las corridas de toros pero no le importa destrozar (ergo robar). El Dios del antiguo testamento aceptaba sacrificios de animales mientras condenaba el hurto, o, precisando, el delito contra el patrimonio público.

Decía antes que como las fiestas han perdido su función o se han vuelto aburridas veo que nuestros pueblos se dedican a reinventarlas. Pero lamentablemente, algunos maestros no les enseñaron a crear e inventar sino a copiar y no son más que burdas imitaciones e importaciones: Castellers, Batukadas, Tomatinas (en sus diversas formas de batalla sucia: algarroba, etc, etc)…Seguimos citando a Unamuno: ¡Que inventen ellos!.

Que pena.

La apoteosis ha tenido lugar esta semana en Felanitx. Ya lo saben ustedes:  lo de El Coso, el Palio y la luz nada crepuscular de la salida del Ofici.

Siempre se dice lo mismo: “Eran pocos”, “no eran del pueblo” (los malos siempre son de fuera, teoría xenófoba universal), y etc, etc. La culpa también (técnica del despiste) es del mensajero o de la policía.

 Al “Diari de Balears” sólo le faltó titular “La aviación del PP bombardea Felanitx con gas mostaza, tras la visita provocadora de María Salom”. “Miquel Barceló ya está pintando el “Agustinika”.

Nos hemos pasado años riéndonos con Carandell de la Celtiberia Show y de cuando, en fiestas, se tiraba una cabra desde el campanario ante el jolgorio popular.

Ahora queremos mucho a los toros, pero si yo fuera María Salom, el año que viene, si piensa visitar Felanitx, iría con casco y paracaídas.

Lo que decíamos. Ya no sabemos si  la movida del lunes en Son Gotleu, fué “West Side Story” o “La verbena de la Farlopa” y lo de Felanitx ensartado en un palo, era un estandarte de fiesta o el reivindicativo Correllengua.

Decía Groucho Marx : “En una fiesta no te sientes, podría tocarte al lado alguien que no te guste”.

Ahora no hay sillas o son armas arrojadizas.

No te sientes, ¡sal corriendo!.

Jaime Roig de Diego.