Jazz en una Noche de Verano.
Hay eventos, espectáculos llenos de magia, mágicos como aquel sueño dulce del cual no quieres despertar. Un pequeño, minúsculo y agradable sueño de una noche de verano.
Entro en un lugar emblemático, casi sagrado de la capital catalana. De repente, ya no oigo los coches ni los ruidos estresantes del centro de la ciudad, es como si todo se paralizara. Una desconexión repentina y apacible.
Me dejo llevar a un nuevo ambiente donde el relax se mezcla con la elegancia, el cava con el Jazz, y el modernismo con el maravilloso cambio de luz que te lleva de la soleada tarde bochornosa a la bella noche estrellada.
Mientras el público va cogiendo sitio entre un dédalo de terrados, los músicos de jazz empiezan a afinar sus instrumentos.
Cava en mano y con los ojos en la deliciosa bola de chocolate que adorna la copa, mis oídos empiezan a escuchar los primeros compases de una canción francesa muy bien adaptada por la formación “Jazz Chamber Ensemble”. Empezando así la banda sonora creada expresamente para La Pedrera.
Suena una melodía del maestro Frederic Mompou, mientras contemplo la vista panorámica del emblemático Paseo de Gracia con sus luces encendidas.
Me asombro al descubrir una bonita pieza popular brasileña adaptada al jazz con un violín, percusión, y un saxo. Mientras descubro a un famoso crítico de televisión, ¿que tal va todo Ferran?.
Una hora i media más tarde, acaba un espectáculo increíble y maravilloso. Y de nuevo al salir uno vuelve al ajetreo de la noche barcelonesa, pero esbozo una sonrisa. Y estoy encantado de haber vivido jazz en una magnífica noche de verano que quedará grabada mucho tiempo en mi memoria.
Guillem Marsé.