Jesús Sánchez, gerente de la Asociacion Empresarial de Actividades de Ocio de la Platja de Palma, hace balance y mira al futuro con cierto pesimismo, a no ser que se pongan remedio a problemas que la tienen bajo mínimos. La Platja de Palma es la zona turística más importante de la capital de las Islas Baleares, ya que de ella se obtiene el 40% de los ingresos.

-¿Cómo se está desarrollando el principio de temporada?

 -Los conflictos en otros destinos competidores nos permiten ser optimistas con respecto a este verano 2011. En la Playa de Palma tenemos la suerte de ser un destino muy conocido y apreciado en Alemania, nuestro principal mercado emisor. De su mejor situación económica nos podemos beneficiar aunque no nos debemos permitir ningún tipo de relajación al respecto porque la competencia sigue siendo brutal.

-¿Será positivo el computo total para este verano?

 -Tendremos que esperar algunos meses más para hacer balance de resultados aunque solo confiamos en mejorar los datos de estos últimos años, que no han sido nada buenos.

-¿Se sigue confiando en recuperar el esplendor de otros tiempos?

 -Recuperar el esplendor de la Playa de Palma significa modernizarnos y adaptarnos a las nuevas tendencias. Del pasado hay que recordar los errores cometidos con la mirada puesta en un producto con futuro.

 -¿Es el Plan de Reconversión la solución a los problemas de la zona?

 -El Consorcio de la Playa de Palma es un instrumento de ejecución para un proyecto de futuro, pero no es la solución de todos los problemas.La Playa de Palma tiene algunos problemas endémicos que pueden eliminarse sin grandes esfuerzos. Eso sería un paso importantísimo que solo requiere de voluntad para ello y, hasta ahora, el Ayuntamiento de turno ha mirado hacia otro lado. Resulta muy preocupante que tengamos que recurrir a la Universidad para identificar cuales son las causas de las ilegalidades que se cometen en la Playa de Palma para concluir con un documento a color. No quiero tirar piedras sobre nuestro propio tejado pero todos sabemos de lo que estamos hablando.Aunque parezca una estupidez, la incompetencia de las Administraciones para solucionar  estos problemas crónicos, retrae cualquier iniciativa de inversión tanto local como exterior. La inseguridad jurídica o la falta de normativa acorde con las necesidades de la zona convierte a los responsables políticos en verdaderos contrincantes que lejos de facilitar y colaborar, se escudan en informes jurídicos para no ponerle el cascabel al gato.

-Entonces ¿han perdido la esperanza de que alguien solucione los problemas?

 -Mire, nos ha costado más de dos años de presión que se hiciera una normativa que regulase y permitiera tener música en las terrazas de la Playa de Palma. Hemos llegado por los pelos para esta temporada. No me imagino una zona turística en silencio. Si eso es ayudar a que se reactive la economía, que venga Dios y lo vea. Hace algunas semanas se aprobó la Ordenanza que prohíbe el Botellón en todo el término Municipal de Palma. Pues bien, no han sido capaces de prohibir los expositores con los famosos cubos situados en las aceras que incitan a la práctica del Botellón. ¿Se permitiría en la entrada de la Serra de Tramuntana vender pastillas para encender fuego? Los turistas ni han conocido ni conocerán las Ordenanzas y, por tanto, si nadie lo remedia, tendremos de nuevo una deplorable imagen de la primera línea a partir de las 10 de la noche.

-¿Qué pediría para el futuro de la Playa de Palma?

 -Los turistas deberían percibir que algo positivo se esta haciendo, que existen reglas que hay que respetar y poder ver algunas mejoras en el destino que han elegido. Eso no está pasando. Las quejas siguen siendo las mismas y seguimos sin solucionarlas. Son imprescindibles las inversiones de capital privado en nuevos productos y mejora de la oferta existente por el efecto multiplicador que significan. Para ello se necesita seguridad jurídica  y la mejora del entorno. Con respecto a lo primero basta con recordar el culebrón del proyecto de  las Fontanellas, y de lo segundo, seguimos repintando las duchas de la playa después de 20 años de haberlas instalado y podando las Palmeras en plena temporada.

P.P.