El verano ya está aquí. Y con él han llegado dos famosos de postín a Mallorca. Dos famosos de casa, que quieren a la isla y que no llegan a ella, como otros, porque la sombra del Rey sea alargada, sino porque se sienten a gusto.

Nos referimos, por orden de llegada, a Michael Douglas, Zeta Jones y sus dos hijos, y a la Duquesa de Würtemberg, princesa Diana de Francia.

Los Douglas llegaron a principio de semana. Como siempre, de forma discreta. Pero no los busquen por s’ Estaca, su casa hasta finales de julio –luego la ocupa su ex, Diandra-, porque están dando una vuelta en barco. Y es que Michael, convaleciente de un cáncer, seguramente se está tomando la vida de otra manera. Mas tiempo con la familia y menos agobios, lo cual es bueno para la salud y para la familia. Y más si el trabajo le hace permanecer lejos de esta, lo cual él sabe que se puede pagar caro. Porque si hubiera estado más al lado de Cameron, su primogénito, cuando era pequeño, ahora este seguramente no estaría en la cárcel, como él mismo ha reconocido. De ahí que dedique mucho tiempo a su mujer e hijos, entre otras cosas. También porque ha ganado mucho dinero y encima, ya sea como actor o productor, no tiene que demostrar nada a nadie, ya que lo  ha hecho todo llegando a un lugar al que muchos no llegarán jamás. Ha ganado dos Oscar –“Alguien voló sobre el nido del cuco”, como productor y Wall Street, como actor -, por lo que si se para, no pasa nada.

¿Qué  por dónde andan ahora Michael y los suyos? Ya les he dicho, navegando. Disfrutando de la vida en un lugar que, como ha demostrado años tras años, ama y que, por ende, está haciendo amar a su familia. Y cuando regresen a tierra, pues a lo mejor se los encuentran en cualquier parte, pues se conocen muy bien la isla y sus costumbres. ¿Saben dónde nos lo encontramos un día, hace años? En Petra, visitando la casa de Fran Junipero Serra, a donde fue con Tummy Bestard, por entonces consul de Estados Unidos en Mallorca (ver foto superior, tomada en Petra, en marzo de 1998). Michael, que por entonces vivía en Santa Bárbara, una ciudad californiana cuyos origenes fueron los de  una mision juniperiana, estaba interesado en la vida del beato mallorquín. En otra ocasion nos lo encontramos frente a la tum,ba de Robert Graves, ubicada en el pequeño cementerio de Deia. Y es que Douglas no es un turista, sino un norteamericano con casa en Mallorca

Así que, bienvenidos.

En cuanto a Diana de Francia, que llegó a Mallorca ayer, lleva ya tantos años pasando largas temporadas en la isla que la consideramos como una de las nuestras. Aquí ya ha tenido tres casas: una al lado del Casino, Sherezade se llamaba, otra entre Andratx,  y el Port y en la que vive, Flor de Lys, en Esporles. Y sus hijos llegaron por primera vez, unos  siendo unos niños,  y  otros unos jovencitos, y hoy, salvo dos, están casados y con hijos. Y el Duque Carl, su marido, cuando viene, que lo hace a menudo, se siente también enormemente feliz, como en casa.

Hoy he quedado en visitarla. Seguramente traerá alguna noticia. Tal vez haya escrito otro libro, tal vez anuncie la llegada de un nuevo nieto, tal vez a nada que se quede sola se ponga a pintar…