Biel Pol: - Joana, estamos ya en diciembre ¡y aún no he puesto ni árbol ni belén en el escaparate de mi tienda!

Joana Pol: - ¿Y el problema es…?

BP: -  Mujer, ¡que esto es Mallorca! La mitad de mi clientela son puristas y la otra mitad fashionistas, los primeros odian la “moda extranjera” de poner árbol de navidad, y los segundos se burlan de los árboles que no están a la moda.  

JP: -  Pues pon las dos cosas y asunto arreglado.  

BP: -  ¿Tal y como está la economía? Qué va, o me gasto el dinero en el belén o me lo gasto en el árbol.  

JP: -  Ah, pero ¿tienes que gastar dinero para tener un belén o un árbol?  

BP: -  Demonio de mujer,  ¡claro que hay que gastar dinero, si lo quieres bien hecho! Si pongo el belén, tengo que comprar figuras nuevas, porque no encuentro ni al caganer ni al Rey Baltasar y su camello, y tengo que ingeniármelas para sustituir el musgo, porque había pensado ir al Puig de Bonany para recogerlo, pero me han dicho que está prohibidísimo. Y si pongo el árbol, pues eso, que tendré que echar un vistazo a ver qué está de moda este año y también habrá que comprarlo.  

JP: -  Pues sorprende a todos: coges el árbol sintético de todos los años, le pones las luces de todos los años, y en lugar de los adornos navideños de moda coges los álbumes de fotos y pones las fotos que supongan gratos recuerdos para ti. A los pies del árbol pones sólo las figuritas imprescindibles, que puedes hacer en una tarde muy fácilmente de pasta de sal, y santas pascuas. Te aseguro que nadie te criticará porque falte el caganer.   

BP: -  Vaya, qué buena idea. Me has devuelto el espíritu navideño, ¿vamos a ver el estreno del alumbrado navideño de Palma?

JP: -  ¿Que yo te he devuelto el espíritu navideño? Pues apañado estás. ¿Aún no te has dado cuenta de que la navidad y sus adornos y costumbres me traen al fresco?  

BP: -  Me acabas de hacer fosfatina. ¡Si tú has hecho belenes incluso con las figuritas de Airgam Boys de tus hijos!

JP: -  Que yo no tenga ilusión por la Navidad no implica que tenga que impedir que mis hijos la tengan. De hecho, si a ellos les hace ilusión los llevo a ver las luces de Navidad de Palma, aunque a mí me parezca un derroche.

BP: -  No me fastidies, que he leído que desde el año pasado Palma es la capital que más ahorra en luces de navidad, porque puso todo el alumbrado de bajo consumo.  

JP: -  De bajo consumo no quiere decir de bajo coste, querido hermano. Tardarán algunos años en amortizar ese alumbrado. Me rechinan los dientes de rabia al pensar que en 2010 se gastaron un dineral en sustituir el alumbrado navideño, teniendo como tenían tantas deudas.  

BP: - ¡Eres diabólica!