Mateo Sancho Cardiel.

Cannes (Francia) (EFE).- La actriz, modelo y realizadora francesa Maïwenn ha sorprendido en Cannes con su cinta "Poliss", retrato exhaustivo de la Unidad de Protección de Menores, donde las fronteras empiezan a disolverse debido a que, según la directora, "internet ha catapultado la relación de los menores con el sexo".

Los abusos a menores, tema que también centra otra película a concurso, "Michael", han sido abordados en "Poliss" desde un punto de vista poliédrico, con toda una "paleta de casos distintos para que el espectador entienda de lo que se encarga esta unidad policial", asegura la directora en una entrevista con medios internacionales, entre ellos Efe.

Maïwenn, que se ha rodeado de un reparto coral para poder adoptar todas las ópticas posibles, no deja de condenar un proceder escalofriante que, como muestra en la película, no atiende a niveles sociales ni culturales.

Pero la directora de la primera película francesa a competición de este año en Cannes matiza: "Ahora, a los doce o trece años y sobre todo gracias a internet, muchos adolescentes están preparados para hacer ya casi cualquier cosa. Yo me siento vieja en comparación".

Maïwenn se reserva, además, un papel en la película como fotógrafa que le sirve de excusa para esa sumersión algo "voyeur" en la comisaría y como manera de acompañar al espectador en el viaje.

La artista francesa, que curiosamente saltó a la prensa rosa de su país por quedarse embarazada del director francés Luc Besson a la edad de 16 años, reconoce que "la sexualidad ha sido totalmente desacralizada, porque desde pequeños los niños acceden a imágenes muy chocantes del sexo".

"Hay psicólogos que dicen que es peor, pero hay otros que defienden que puede llegar a ser sano. Que entiendan la sexualidad, igual que la violencia, como algo que forma parte de la vida normal y, luego, la experiencia y las emociones irán poniendo las cosas en su sitio", argumenta.

Con un reparto de diez personajes centrales y con actores como Karin Viard, Joeystarr, Nicolas Duvauchelle, Riccardo Scamarcio o Emmanuelle Bercot, Maïwenn retrata desde incestos, violaciones a maltratos en nombre de Alá, pero termina la cinta con un caso que dinamitará los patrones mentales de los policías: una relación entre profesor y alumno con más componente emocional que vejatorio.

"Antes de escribir este guion estuve conviviendo con una unidad de policía real, y fue entonces cuando vi la variedad de casos. De esos, seleccioné los que más me impactaron y, aun así, rodé 150 horas que luego tuve que cortar hasta crear una película con ritmo", explica.

El resultado es, más allá de la cuestión de la pederastia, una cinta que ahonda en el lado más humanitario de una institución a menudo denostada como es la Policía, y también un retrato de cómo hay trabajos de una exigencia emocional tan alta que acaba repercutiendo necesariamente en la vida privada de quienes lo ejercen.

"He intentado retratar las herramientas que tienen para distanciarse de esa tragedia cotidiana, sobre todo gracias al sentido del humor. Pero hay que recordar que un policía de esta unidad no puede trabajar más de diez años seguidos en ella", concluye. EFE

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