Miguel Vidal (Consell, julio de 1942) resume con trazo grueso su carrera. "Entré en Madrid en 1966 con una mano delante y otra detrás, durmiendo en un banco, y salí en 1998 habiendo recibido el Premio Infantas de España de manos de S.M. El Rey como presidente de la Asociación Española de la Prensa Deportiva".

Esto, ya digo, es el trazo grueso, una síntesis apresurada para poner de relieve el gran cambio. Pero queda la estela de estos treinta y dos años de éxitos que jalonan su carrera profesional en las páginas del diario AS, del que es redactor fundador, y donde destacó especialmente en su faceta de reportero.

Miguel lo cuenta con detalle desde el principio:

-Finales de octubre de 1966. Yo sufría la desesperación de aquellos que no tienen techo bajo el que guarecerse, ni comida para alimentarse, por eso desde entonces, con esta dramática experiencia vivida en carne propia, procuro ayudar al necesitado. Como me ayudó José María García un día que entré para ver un entrenamiento del Atlético de Madrid, y él, entonces en el diario Pueblo, entrevistaba a Martínez Jayo, y al verme en aquellas condiciones me dió ¡700 pesetas! para que buscara trabajo aseado y comido...

Miguel sintió envidia sana de José María García. Buscaba abrirse camino en Madrid. En Mallorca, por entonces, ya había publicado dos libros -"El Otro Curso", en 1962, y "Mallorca a paso de camello" en 1965- y colaborado con los periódicos de Palma y en especial con el semanario "Fiesta Deportiva".

 -Busqué trabajo en los periódicos de la capital y lo encontré en "Informaciones", cuyo director, Fernando Bandín Ramos, me pidió que le presentara una entrevista de prueba. Se la hice a Gárate y gustó, por lo que ya me quedé de colaborador. En esta época me destinaron a la sección de "Sucesos" y aprendí mucho de compañeros ilustres como Alfonso Sánchez, Raúl del Pozo, Jesús Hermida,  y en especial de Manuel Sarmiento Birba, que me invitó a incorporarme al proyecto de un nuevo diario, en principio sólo para Madrid, que era "AS".

El 6 de diciembre de 1967, al precio de tres pesetas, salió por primera vez a la calle el Diario "AS": cuatro páginas de este número 1 llevan la firma de Miguel Vidal. Periódico que tuvo una acogida espectacular, pasando este mismo día de diario regional a nacional y hasta internacional. Nacía un mito de papel sepia y huecograbado.

-En "AS" pude dar rienda suelta a todos mis sueños de adolescencia, cuando, guardando una piara de cerdos en el predio donde mis padres eran aparceros en Consell, soñaba con las grandes leyendas del deporte del Siglo XX. Por eso cuando nos asignábamos los trabajos antes de irrumpir en el mercado, yo pedí hacer reportajes. En este terreno no sólo tuve todas las facilidades por parte de los responsables de la redacción, sino que me empujaban a buscar personajes. Así surgieron las series, que me convirtieron en un auténtico especialista. La primera serie que hice, al mes escaso de la salida del periódico, se tituló "Miguel Vidal, un reportero de AS por Europa" en la que entrevisté en Milán a Helenio Herrera y Luís Suárez; en Turín a Luís del Sol; en Munich a Franz Beckenbauer y en Manchester a George Best y Bobby Charlton, entre otros.

Las series, por lo tanto, marcaron el periodismo humanista que siempre quiso practicar Miguel Vidal, el periodista español mas leído en el mundo entero de la década de los años 80 del Siglo XX porque la Agencia EFE compró al Diario AS sus dos series mas famosas, "Finalistas de Leyenda" y "Los Viejos Dioses Olímpicos", y las distribuyó por los principales periódicos de los cinco continentes.

-Las series, que nacieron y murieron conmigo, porque el periodismo de ahora no tiene tiempo de mirar el pasado, me han permitido ser el periodista que sin ninguna duda ha entrevistado a casi todas las grandes figuras del deporte mundial del Siglo XX, y además en sus casas a la mayoría de ellos. La lista es interminable, pero mis preferidos son Jesse Owens, Nadia Comaneci, Cassius Clay, Pelé, Dick Fosbury, Alfredo Di Stéfano, Santiago Bernabéu, Ladislao Kubala, Matt Busby, Bobby Charlton, Ray "Sugar" Robinson, Sebastián Coe, Bob Beamon, Mike Powell, Jim Hines, Lev Yashin, Jozsef "Pepi" Bican, George Foreman, Garrincha, Emil Zatopek, Larissa Latynina, Dawn Fraser, Earwin "Magic" Johnson...En España series como "Los Emperadores del Gol" me han permitido conocer a la mayoría de figuras de nuestro fútbol.

La entrevista a Nadia Comaneci en Cluj Napoca le valió la distinción de "Maestro Emérito del Deporte" por el Gobierno de Rumanía. La entrevista a Jesse Owens, que en 1980 la Universidad de San Juan de Puerto Rico pusiera su nombre a la cátedra de reporterismo aquél año. La entrevista con Garrincha, por la que la Televisión "O Globo" también le distinguiera como "Periodista del Año". Y todas juntas, como compendio, para que el Consell de Mallorca le concediera en 2009 la Medalla de Honor y Gratitud en su categoría Oro.

-A mi lo que mas me gustaba era el reportaje, pero en AS también me hacían hacer crónicas de partidos. En este sentido he ido a seis campeonatos del mundo de fútbol (Alemania 1974, Argentina 1978, España 1982, México 1986, Italia 1990 y Estados Unidos 1994) y a una veintena de finales europeas.

Desde su vuelta a Consell en 1998 colabora con el Diario "Última Hora", donde ha continuado su costumbre de las series. Ahora mismo está enfrascado en una que se llama "Diccionario del fútbol español". Lo suyo es dar a conocer o avivar el recuerdo del deporte a todas las escalas. Pero, ¿que queda del ayer en el propio Miguel?

-Me queda el orgullo profesional. Yo personalmente no soy nada presumido, pero profesionalmente saco pecho. Lo saco por los libros que he hecho, en especial "Memorias de un reportero"; por lo reportajes, por haber fundado la Unión de Periodistas Deportivos, que acabó con muchas situaciones profesionales injustas, por haber creado la Gala Nacional del Deporte, el Museo del Deporte en Mallorca y muchas otras pequeñas cosas que me hacen vivir todavía la profesión a pesar de estar jubilado. Me sigo preguntando como es posible que un payés como yo, de un pueblo entonces de mil habitantes como Consell, víctima de unos tiempos que aquí sólo podías ser o camarero o maestro de escuela, haya tenido tanta suerte en el periodismo.

Pedro Prieto