Ayer por la noche se presentó a segunda cena de blanco en espacio público, a celebrar el próximo día 18 de junio. ¿Dónde? Pues esa es la gracia: que no se sabe. Bueno, sí. Se sabe. Pero la organización mantiene en secreto el lugar que dará a conocer veinte minutos antes de que comience la cena. Entonces los asistentes a la misma se desoplazarán hasta él.

La cena de blanco se inció en Francia hace 20 años. Dîner en blanc, se la conoce por aquellos pagos, y la del año pasado superó los 15000 comensales. La intención de los organizadores de la de Palma es llegar a los mil, de memomento andan por los 600, pero hay tiempo hasta el día 18 del próximo mes para alcanzar esa cifra.

Ayer, como decimos, los organizadores de la misma, Gema Muñoz y Alejandro Macia se reunieron con los periodistas y les explicaron como iba a ser este año. Con ellos estaban algunos de los responsables, o jefes, de las mesas, que como tales son los que deben de reunir a once comensales y explicarles lo que deben de hacer, a saber: buscarse un atuendo veraniego completamente blanco, reunir entre todos los doce platos, cubiertos, vasos, candelabros, etc., eso sí, que sean de loza o de cristal, nuca de material desechable, puesto que no se concibe una cena glamurosa, como se pretende que sea esta, con vasos y platos de plástico, y, llegado el día, reunirse en un lugar hasta que se reciba la llamada de la organización que le indicarán hacia donde deben dirigirse.

Una vez en el lugar, en unos veinte minutos deben de montar la mesa. Si quieren traer planificado el montaje, pueden. ¡Ah! Y antes de comenzar a cenar, ya puesta la mesa, se votará la mejor. ¡Y que aproveche!

¿Se cerrará ese lugar público para que se celebre la cena? En absoluto. Todo lo contrario: la gente que no asista a la cena podrá pasear por él sin problemas, como hizo el año pasado, en sa Faixina, que es donde tuvo lugar. Porque la gracia de la cena radica, en parte, en que ese lugar publico, plaza o calle, ya veremos, siga siendo disfrutado por todos. Y sobre todo, que los comensales no causen problemas a los vecinos.

Como hemos dicho un poco más arriba, los origenes de esta cena hay que buscarlos en Francia veinte años atrás. Pero es que esta cena ya se hace en otras ciudades del mundo, como Quebeq, Berlin, Monreal o Londres, por poner algunos ejemplos, y este año se suma Nueva .

Por último, señalar que cada comensal abonará 35 euros que incluyen la cena, bebidas y la música. Nada para lo que este evento supone.