Se cumplen diez años de la llegada de los primeros soldados mallorquines a Afganistan
La historia de los viajes de tropas españolas a este país se remonta a diez años atrás. Exactamente a enero de 2002. Fue lo que se denominó operación ASFOR 1 Pirineos, que parte desde Zaragoza el 25 de enero de ese año. Con anterioridad había viajado lo que se denomina un escalón avanzado con el fin de tenerlo todo a punto para cuando llegara el resto del contingente, formado por cuatrocientos hombres a cuyo mando estaba el por entonces coronel menorquín, Jaime Coll Benejam, a la sazón Jefe del Regimiento de Cazadores de Montaña Galicia 64 con base en Jaca (Huesca) y en la actualidad general de brigada en la reserva, mientras que el jefe de toda la operación fue Mc Coll, general de división del ejército británico.
Coll Benejam (derecha) con Mc Coll, general de división del ejército británico y jefe de toda la operación.
Según nos recuerda Coll Benejam, el contingente español estaba formado básicamente por una Plana Mayor de mando ( secciones de personal, información, operaciones y logística) más un equipo de apoyo al mando, que estaba en la Plana mayor, y lo formaban un asesor jurídico, religioso , servicio económico administrativo e interpretes), Además de una compañía de Ingenieros, una unidad de transmisiones, tres equipos de desactivación de explosivos, una escuadrilla de apoyo al despliegue aéreo, una Unidad de apoyo logístico (AALOG-41) y una unidad médica de apoyo al despliegue.
Las tropas españolas quedaron desplegadas en los siguientes puntos: Tierra en Kabul. EADA, o Escuadrilla de apoyo al despliegue aéreo. También en Kabul, UMAD o Unidad médica aérea de apoyo al despliegue. En Bagram, FAMET, o Fuerzas aeromóviles del Ejército de Tierra, en Manás (Kirguizistán). "Las unidades viajaron con todo su material - señala el general Coll- camiones, grúas, armamento y munición, víveres a base de raciones de combate para treinta dias.
Uno de los aviones Antonov con los que se trasladó la tropa
COMO LLEGARON
La gran dificultad de esta operación radicó en cómo llegar a Kabul. " Hasta entonces la mayor parte de las operaciones con despliegues importantes se habían hecho a través del mar y de tierra. Afganistán está lejos del mar y los problemas de avanzar por tierra, al menos en aquellos tiempos, entrañaban numerosas dificultades y no pocos peligros. Así que se decidió hacer el viaje por aire, más que nada por rapidez y seguridad". Para el desplazamiento a tierras afganas "se utilizaron 11 aviones Antonov, que son aviones de transporte ukranianos, que en capacidad de carga son los más grandes del mundo. A estos aviones -apostilla Coll Benejam- los contrató Defensa. También los contrataron otras naciones. Además utilizamos aviones Hércules para trasladar al resto de personal dado que los Antonov tenían una cabina de pasajeros en la que solo cabían doce personas"
Las tropas españolas quedaron instaladas en Warehouse, un antiguo recinto de obras públicas a la afueras de Kabul , en otra más o menos equidistante entre esta, y en la capital afgana. En Kabul quedó instalado el cuartel general de ISAF, o Fuerza de asistencia a la seguridad,.
EL REPARTO INTERNACIONAL
"El ISAF surgió como consecuencia de la Conferencia de BONN en que se decidió crear una autoridad interina afgana con el apoyo de una fuerza internacional DE ASISTENCIA A LA SEGURIDAD y bajo mando británico. Intervinieron al principio 21 países, entre ellos España. A finales de diciembre asistimos a una reunión en Londres donde se estableció la arquitectura de la fuerza. Nosotros, al final, aportamos lo que viene al principio. Y una de las claves para que todo funcionara era el apoyo de unos contingentes con otros, a base de acuerdos bilaterales proporcionando a otros los apoyos establecidos en la estructura de la fuerza de cada nación siempre bajo el control operativo del mando de ISAF . Los británicos estaban repartidos en varias bases, los franceses en el aeropuerto, y es resto casi todos en Warehouse. El Cuartel general estaba en Kabul y sus componentes pertenecían a todas las nacionalidades, incluídos los correspondientes oficiales de enlace."
Coll Benejam recuerda que por entonces el presidente (autoridad interina) del país era Hamid Karzai, y sus relaciones con la población no dejaban de ser tensas toda vez que se estaba preparando la Asamblea General (Loya jirga) para decidir la composición de un gobierno provisional. El problema étnico era y es importante, ya que hay unas etnias muy numerosas y otras más influyentes, y cada una quería arrimar el ascua a su sardina. El problema estaba en ser capaz de dar a cada uno la parte que le correspondía. Era un todos contra todos, como el Buscashi, que es el deporte más popular del país consistente en que todos, a caballo, tratan de hacerse con la piel de un carnero que han de depositar en un circulo de dos metros de diámetro "
VIVIR EN AFGANISTAN
En cuanto a como era el día a día de las tropas españolas, el general lo resume "en trabajo constante desde la mañana hasta la noche, sin horas, sin festivos, lo que significa tener poco descanso y estar siempre pendientes de la misión compatible con la seguridad. Las condiciones de vida eran precarias, por lo que había que acomodarse con los recursos proyectados y con los locales. La respuesta por parte de todos fue la que esperábamos de unos buenos profesionales. A pesar de estar a 7000 kms. de casa, no nos faltó nunca de nada. Con imaginación y con la austeridad debida se salía siempre adelante". En cuanto al recibimiento de las tropas españolas por parte de la población afgana " como el país acababa de salir de otra de tantas guerras, al principio vimos poca gente por las calles, tal vez por el frío que reinaba (hasta 15º bajo cero). Pero a medida que fuimos entrando en contacto con la población no percibimos ningún rechazo. Todo lo contrario, ya que se empezó a contratar a personal afgano para trabajos de mantenimiento, lo que para ellos significaba unos ingresos". Por otra parte, lo que demuestra las buenas relaciones entre afganos y militares en aquellos tiempos, "es que llegamos a jugar partido de fútbol. Uno, entre afganos y militares de la operación, y otro, que lo montamos nosotros, entre cuatro equipos de afganos a los que vestimos con camisetas del Barça, At. de Madrid, Inter de Milán y Zaragoza"
Y por lo que respecta a las salidas de las bases, " nunca se salía solo; nunca en un solo vehículo; siempre bien comunicados con la base, conociendo en todo momento la ubicación, y evidentemente armados, pero sin ostentación, hablando con la población de manera normal".
Afortunadamente para el contingente español, cuatro meses después regresaron a España todos cuantos habían viajado hasta alli. "¿Algún ataque…? Una noche se recibió el aviso de que habían caído cuatro granadas sobre Warehouse y el acuartelamiento de ingenieros próximo. Según la información recibida, se habían lanzado desde la otra orilla del río. Se comprobó el punto de lanzamiento y también el tipo de munición. Afortunadamente no explosionaron, tal vez porque quien lo llevó a cabo no era ducho en la materia. Evidentemente fue un aviso, que por suerte no se volvió a repetir"
En aquella operación participaron algunos soldados mallorquines.
También por aquel tiempo estuvo destinado en Afganistán como encargado de negocios de la embajada, el diplomático mallorquín Manuel López Nadal.
Pedro Prieto.