Esta mañana en la pagina que a diario escribo en Ultima Hora, he recordado a los lectores que hace un mes mataron en Kabul a Toni Planas, piloto mallorquin, pero que la cosa sigue igual para su viuda e hija.

En las numerosas desgracias que he vivido y he contado a lo largo de mi vida como periodista, siempre, al final, a punto de embarcar para regresar a Mallorca, alguien se ha acercado a mi y me ha dicho: Cuando llegue a su país, no se olvide de nosotros. Y es que el tiempo, y los acontecimientos, hace que nos olvidemos de las desgracias a una velocidad de vértigo. ¿Quién se acuerda del terremoto de Perú o del de Haití? ¿Les suenan las palabras Mitch, y George...?

Pues por eso, yo no estoy dispuesto a que dentro de dos o tres meses las consecuencias del atentado de  Kabul del 28 de junio de 2011 quede en el olvido. Por eso, digo, que hasta que quien corresponda logre que madre e hija reciban lo que es suyo, no voy a parar.

Y es que Manuela y Aina somos todos.

Asi que, les recuerdo lo que escribí esta mañana.

Hoy hace un mes que en el hotel Metropolitan de Kabul, los talibanes mataron al piloto mallorquín Toni Planas. Un mes, y parece que fue ayer.

Sin embargo, las cosas, al menos para la familia, y más concretamente para su mujer, Manuela,  e hija, Aina, siguen igual que un  segundo después de que las balas le segaran la vida. Mal. Por no decir muy mal. Bueno, sí. Vamos a decir muy mal. Porque, vean: el gobierno español, por haber sido asesinado en un acto terrorista ocurrido en el extranjero, no contempla hacerse cargo de la compensación económica que reciben las víctimas del terrorismo, en este caso la que le corresponde a ellas, viuda y huérfana de Toni. Eso significa que si usted se va de vacaciones aun país extranjero y sufre un atentado terrorista, tampoco su familia va a percibir nada, con la diferencia de que mientras usted viaja a un parís turístico, Toni estaba en un territorio hostil.

Por otra parte, la compañía de aviación turca para la que trabajaba Toni, le dio el pésame a la viuda quince dias después del atentado, y al mes de haber ocurrido este aun no le ha ingresado la nómina que hubiera ennegrecido los números rojos del banco. Es más, ni siquiera contesta a los emails que esta le envía.¿Qué puede hacer ella…? ¿Viajar, como en las pelís a Turquía a reclamar la paga de su marido, que por hacer un favor a la compañía se quedó más tiempo del que le correspondía? ¿Hay alguien del gobierno que tenga la obligación de  sacar cara por ella en este caso, o tiene que ser ella quien lo resuelva?

Por otra parte, parece que va a ser aprobada la ampliación de la Ley que hace referencia a las víctimas del terrorismo fuera de España, con el fin de que las familias puedan recibir las correspondientes indemnizaciones. De momento va a pasar del Congreso al Senado y ahí, posiblemente, van a darle luz verde. Manuela  entiende que eso está bien siempre y cuando no haya restricciones. Siempre y cuando las víctimas perciban el cien por cien y no el cuarenta por cien como alguien propone.

Ayer estuve hablando con  Manuela. Me contó que su hija había cumplido años y que, como no podía ser de otro modo, había sido un cumpleaños triste, y que mañana, viernes, los amigos de Tony, en el aeródromo de Son Bonet, quieren ofrecer un homenaje a este a través de la niña.

Ahí estaremos, le digo.

Y le digo también que Joan Fageda, ex alcalde de Palma y senador, me dijo a nada que publicamos la noticia que quería hablar con ella para ponerse a su disposición con el fin de ayudar en lo que fuera necesario y más cuando la reforma de esta Ley entra en el Senado para su aprobación. Ella, que agradeció el interés de Fageda,  acepta el encuentro.

Y es que mientras podamos, todos vamos a echar una mano a Manuela, entre otras cosas porque Manuela somos todos.