Hay que descubrise ante los alemanes de la ZDF por lo bien que hacen las cosas. Y hay que quitarse el sombrero ante Thomas Gottschalk, el conductor de Wetten, dass?, por la impresionante comunicación que establece entre el público y él. No me extraña que en Alemania le adoren; que sea una de las personas con mayor influencia de este país.

Lo digo porque cerca de 15000 personas, entre ellas unas mil españoles -el resto alemanes- que nos reunimos el sábado en el coliseo balear palmesano disfrutamos por lo que vimos, rabiosísimo directo, sin fallos -que si los hubo ni nos enteramos- y con un plantel de estrellas mediáticas que para sí las hubiera querido Florentino Pérez en el caso de haber sido futbolistas.

Todo comenzó a medio día, con la llegada de Jennifer López al aeropuerto de vuelos privados de Palma. Llegó sobre la una, metida en un abrigo gabardina que ...¿Que de dónde vienes guapa, pues aquí estamos por encima de los 30 grados? Llamó la atención su guardaespaldas. Casi dos metros de estatura, bien plantado, dueño de la situación, por tanto, ni aspavientos ni miradas amenazantes hacia la media docena de periodistas que estabamos allí. La estrella, que sin detener el paso, caminó hacia el todo terreno que la estaba esperando, sonrió. Solo eso. Pero, menos es nada: media docena de fotos fueron más que suficientes para justificar la espera. Lo único que lamentamos es que los tres cazafamosos que estaban esperando desde seis horas, se quedaran si poder hacerse la foto con ella, aunque, tenaces y dispuestos a no dejar escapar la presa, pero... ¿a dónde ir a por ella?

Una hora antes de que comenzara el programa, en directo, en la mejor hora para los alemanes de Alemania -y también para la numerosa colonia de estos en Mallorca-, la plaza estaba a reventar. No cabía nadie más. En lo que un sector de público ensayaba un mosaico con los colores de la bandera española, vimos llegar a numerosos famosos alemanes, sobre todo famosos en Alemania; vimos también aparecer por allí a Bernie Ecclestone, el dueño de la Formula Uno, pues uno de sus pupilos, el campeón mundian Sebastian Vettel, esponsorizado, además, por la ZDF, era uno de los galácticos de este programa. Al ratito aparecían por cerca de donde estaba Ecclestone, Norma Duval y Matias Kühn. Les acompañaba la madre de éste.  Norma ponía cara de "no me gusta el sitio que nos han dado", y Kühn con gesto de "y qué le vamos hacer". Entre los periodistas que estábamos no muy lejos de ellos, nos preguntamos si Norma aguantaría todo el programa sentada en lugar tan duro y mezclada entre el populacho.

Thomas, que como decimos es un tío fenomenal, salió a saludar antes de que comenzara todo, comentado como más o menos iba a discurrir el programa.

A las 20,15 horas, dio comienzo el espectáculo.

Directo total.

Primero las Harley, y en la última de las motos, Thomas, a los mandos, y la bella Michelle  Hunziker, ex mujer de Eros Ramazotti,  como "paquete".

El primero de los invitados fue Vettel. Llegó conduciendo un car, entre una enorme polvareda. Le sentaron en esa especie de bañera formada por un doble sofá en forma de ángulo  y una mesa de centro. Entrevista en alemán en la que éste pasa de la timidez al desparpajo en unos pocos minutos.

El primer concursante es un tipo, que sobre su bici, debe de recorrer, a saltos, una hilera de treinta vallas. Lo difícil es subirse a la primera, cosa que consigue tras tres intentos. A partir de ahí, el ciclista no tiene problemas. Saltito a saltito, cubre el recorrido, de ida y de vuelta. Desde la arena, Vettel flipa.  ¿Cómo lo hará este tío?, parece pensar tratando de descubrir el truco. 

La segunda en aparecer es Jennifer López. Lo hace en una calesa. La recibe Thomas. Cogidos de la mano, se acercan al tresillo situado sobre el escenario. Al subir, tropieza y... ¡anda! pues que se le sale un  pecho. Fue un segundo. Un click. Pero ahí estuvimos. Pecho no muy grande de pezón oscuro, grande.

Thomas le presenta al campeón del mundo de F1 pero ella parece no tener idea, ni de quien es él, ni de que va la F1. Charlan durante un ratito. Jennifer irradia simpatía y amabilidad por sus cuatro puntos cardinales. ¿Cúanto le habrán pagado por esta mini entrevista y una canción que cantará al final...? Thomas la coge de la mano y se la lleva hasta una de las puertas del coso, donde la despide.

Llega, a continuación, la leyenda. Status Quo. Son los mismos de hace 40 años, pero con 40 años más. Pero cantan igual. Y cuando cantan  Rockin all over the world, ponen la plaza de toros de pie. Cuando se van a marchar, el público les pide otra canción, pero Thomas, que está en todas, dice que la televisión  se debe a un minutaje y el tiempo de Status Quos ya ha pasado. ¡Lástima!

Camerón Daz es alta y delgada, con una piernas larguísimas. Viste un  conjunto de pantalón corto. No para de sonreir. Como no sabe alemán, hay que traducirle las preguntas, pero es todo tan ágil y rápido, que el traductor pasa desapercibido y... ¡Oh, Dios! La vista, de forma instintiva, se nos ha ido hacia donde estan Khün y Norma, y ésta ya no está. Solo están Kühn y su madre.

La Perfomance que llega a continuación es de las que no te olvidas durante muchos años. Veinte o treinta personas. Hombres y mujeres. Mujeres de hombre y hombres de mujeres, una con corsé, liguero y medias. Bailan y cantan en directo. Es una pasada. Su sincronizacion es tan perfecta como trepidante el ritmo que imponen. Esta claro que hasta incluso en eso, la ZDF está a la última. Y es que ellos son Rocky Horror Show. Lo mejor de lo mejor en lo suyo.

Un chino, que es otro de los que participan en el juego, tiene que pelar cuatro cocos con la boca en dos minutos. Primero le arrea un cabezaro al coco y a continuación, a base de mordicos, lo deja como una bola de billar. Y pela los cuatro, eh. ¡Menuda cabeza tiene este hombre...! Cabeza y dentadura...Como para dejarle que te de un mordisquito.

Thomas llama camaleón a Heidi Klumb, que es la mujer del cantante Seal. Y es que llega metida en una segunda piel que cambia de colores costantemete. Los zapatos, verdes, son de tacón de vétigo. La  sientan con Cameron, Bettel y un cómico alemán que ha llegado a lomos de un caballo, y le preguntan...

Y llega la apoteósis. 

El corazón que han situado enfrente de donde se hacen las entrevista, sobre la plataforma en la que han actuado Status Quo y la multiperfomance, se ilumina y en él aparece Jeniffer López. Viste de negro, con falda corta con tutú. Suena la música, y todo lo que la rodea, cuatro bailarines, también de negro, y ella, se ponen en movimiento. La grandeza del actor y el cantante norteamericano, y ya no les cuento si pertenece a la familia de Hollywood, es que sabe hacer de todo, y encima lo hace bien. Ese es el caso de Jennifer, que no sabemos donde termina la actriz y comienza la cantante, o viceversa. Los cinco minutos que permanece sobre el escenario cantando y bailando, son suficientes para reconocerle que es una estrella, y que si brilla -y triunfa- en su doble faceta no es casualidad.

A las once menos cuatro de la noche se pone punto final. Empiezan las noticias de la cadena.

De verdad que hemos disfrutado, sobre todo por lo visto.

El fin de fiesta tiene lugar en una finca, Son Espases, a la vera del hospital del mismo nombre, en las afueras dse Palma. Van a estar todos, pero han prohibido que se hagan fotos. Bueno, todos no. Todos menos Jennifer López, que se ha ido directamente a la terminal de privados para regresar a casa... donde estaban esperandola nuestros amigos, los caza famosos, que ahora si posan a su lado.

Media hora después aparace por la terminal Cameron quien, de prisa de prisa, sin pararse ni un segundo para posar con los cazafamosos, entra en el edificio y desaperece...

¿Mi opinón sobre el pezonazo de Jennifer? A lo mejor, a propósito no lo hizo, pero llevando un vestido de estas carteristicas, que se abre de cintura hacia arriba y de cintura hacia abajo... Pues que al menor movimiento, o enseña las piernas, o enseña el pecho. Y si el movimiento es brusco, como cuando tropiezas, más se te abre por arriba...

P.P. (texto y fotos)