Hace 20 años que Ignasi P. Ferré, un cineasta que no ha sido valorado suficientemente, estrenó su comedia coral Un submarino en el mantel o Un submarí a les estovalles.
Trataba de las andanzas de un marroquí perdido en Barcelona, en una época en que no se había producido la masiva inmigración actual, y de cómo ascendía en la sociedad hasta alcanzar un alto puesto en la Generalitat sólo por estar en el momento adecuado, en el tiempo adecuado. Sólo con frases hechas y sin enterarse de que va la cosa va subiendo, subiendo y subiendo.
Al mismo tiempo va conociendo a varias personas con las que convivirá. También encontrará novia, la debutante Quim Soler a la que por desgracia no he vuelto a ver en el cine y de quien guardo un excelente recuerdo. Ariadna Gil, actualmente afamada, estaba en sus principios y en el reparto destacaban, entre otros, Víctor Israel haciendo de travesti gay y Josep María Angelat, la voz española de Louis de Funes, Rosa María Sarda, José Sazatornil "Saza", Jordi Dauder y Joan Miralles.
Si los problemas de una producción madrileña es ya grave, la que proviene de Barcelona es dos veces peor por los grandes problemas de distribución y porque a los sucesivos gobiernos de la Generalitat el cine les importa un bledo.
Pero yo quiero reivindicar esta película que todavía conserva su frescura y que con el tiempo se ha convertido en un gran clásico de la comedia catalana que obtuvo un gran éxito comercial y que la distribuidora retiró del cine cuando llenaba las salas para poner un bodrio gringo venido desde Hollywood. Un verdadero ejemplo de atropello a nuestra cultura y a la falta de libertad de mercado que se padece en la industria cinematográfica y a la que los sucesivos ministros jamás han intentado solucionar.
La película parte de la premisa de un humor inteligente, basado en la observación y en la ironía sin caer nunca en lo grosero ni en el astracán. Incluso la secuencia erótica de los dos protagonistas, Dine Soulí y Quim Soler es modélica por su elegancia y buen gusto.
Lejos estamos de la chabacanería de muchos títulos tildados de "mediterráneos" propios de la cinematografía catalana en que lo escatológico se ha convertido en un modelo de marca. Ignasi P. Ferré recurre a la insinuación, haciendo figurar como piezas de ese puzzle coral al mismísimo rey de España y a la reina, aunque no cita sus nombres está claro a quien se refieren, sin que sus caricaturas puedan convertirse en ofensivas. Antes, todo lo contrario, están tratados de forma respetuosa.
La aparición de esa Barcelona preolímpica, el Estadio Lluis Companys en construcción o reconstrucción, la aparición nostálgica del antiguo Liceo antes de su voraz incendio, los entresijos del poder para aupar o hundir a quien consideran oportuno propiciando que Raxid Taleb, un marroquí que se encuentra perdido por Barcelona porque se le ha robado su documentación, se encuentre presidiendo una fundación artística sin tener idea de qué va el asunto.
El poder es corrupto, repleto de falsa amabilidad o amabilidad fingida en función de intereses personales. Se carece de escrúpulos para comprar a un famoso marchante de arte y hacer pasar lo ínfimo por genial.
La película fue bien acogida en su día pese a la mezquindad de ciertos críticos que utilizan sus textos como arriete para desahogar sus resentimientos personales y su prepotencia. Un país donde todos quieren ser almirantes y ninguno marinero, en donde se hace pasar por genio al más mediocre y al mediocre por genio.
En definitiva estamos ante todo un clásico de la comedia europea que merecería no sólo su revisión sino su descubrimiento en un momento de atonía del cine nacional cuya industria se ha derrumbado completamente ante la indiferencia general quedando en los escombros como consecuencia de la acumulación de errores durante décadas de ofuscación.

Salvador Sáinz

Un submarino en el mantel 1991

Dirección: Ignasi P. Ferré

Guión: Ton Lleonart, Joan Barril e Ignasi P. Ferré

• Intérpretes: Dine Souli, Rosa M. Sardà, Josep M. Angelat, Joan Miralles, José Sazatornil, Carmen de Lirio, Quimi Soler, Ariadna Gil, Jordi Dauder, Salvador Sáinz, Víctor Israel.

• “Salam Rashid”, interpretada por Serrat. Esta canción con letra de Joan Barril y música de Serrat está incluida en el disco “Material sensible” (1989).

• "Un submari a les estovalles" de Joan Barril es la novela ganadora del Premi Pere Quart d'humor i sàtira 1988