Barney, pues así se le conoce de toda la vida, es un hombre de la noche.

Ha estado en muchos establecimientos que tiene que ver con ella. Tantos que  de memoria ni se acuerda. Ahora está al frente del marketing de uno de los que mejor funcionan en Palma. El Bar Cuba.

-O sea, que ni recuerdas cuándo comenzaste, ¿no?

-Pues, sinceramente, no. Digamos que soy un pre olímpico, ya que estoy en esto antes del 92, años de la Olimpiada de Barcelona.

-Aparcando un instante la noche a la que regresaremos en seguida… Si mal no recuerdo tu fuiste uno de los dos protagonistas de una de las primeras, y más glamurosas bodas gay. Una boda en la que actuó como maestra de ceremonias la alcaldesa de Calviá, si mal no recuerdo.

-Sí, nos casó Margarita Nájera y se armó cierto revuelo, entre otras cosas porque no se casaban cada día dos hombre ni los casaba una alcaldesa.

-¿Y duró…?

-¿El matrimonio..? Cinco años. Y quieres que te diga una cosa, que ahora mantenemos mejores relaciones que nunca.

-¿Y ahora tienes pareja?

-No. Estoy libre, lo cual me va muy bien ya que dedico muchas horas al  trabajo. Ahora me sería imposible mantener una relación estable con alguien.

-Volvamos a la noche. ¿Cómo la ves?

-En líneas generales, muy mal. En parte lo achacamos a la crisis, pero es que la oferta tampoco enamora.

-Y encima la ley anti tabaco.

-Mira, por una parte hemos salido ganando, pues antes, cuando salíamos de un local, olíamos a humo. Y encima, muchos han dejado de fumar. Por tanto, en salud hemos ganado. Ahora bien, en lo demás, ha perjudicado. Antes, despojes de la cena en el restaurante, prolongabas la sobremesa fumando y tomando una copa. Ahora tienes ganas de acabare para irte a fumar un cigarro. Y ya no te tomas ni el café ni la copa. Pero también hay otra cosa. Por ejemplo, si funcionas tienes problemas porque estás en el punto de mira de todo el mundo. Y si no funcionas, no existes ante los demás, por tanto no tienes problemas. Y luego están las ordenanzas, que me parece muy bien que existan y que las cumplamos, pero a veces es que es exagerado el control. La administración tendría que pensar que Mallorca es una isla que vive del turismo y que la oferta complementaria  juega un papel muy importante en él. Pues no.  Te están encima, que si una maceta de más, que si una silla de más…

-¿Tú crees que Mallorca sigue siendo atractiva en Europa?

-No lo dudo, pero en los últimos años estamos viviendo de lo malo que está sucediendo en el mundo. Y eso es lo que hace que gran parte del turismo se desvíe hacia aquí.

- ¿Os perjudica el botellón?

-No, por el momento. Pero yo creo que al botellón lo tendrían que tener en un sitio donde lo pudieran controlar, pero ahora el problema no es el botellón. Es el cigarrón. Por el hecho de tener que salir a fumar a la calle, se crea un problema a  los vecinos del que el establecimiento no es culpable pero al que sin embargo echan la culpa- Pero es que nosotros no somos policías de los fumadores. Nuestra obligación es dar un buen servicios y procurar que no se fume en el local. Que por tener que fumar fuera se crea un problema de ruido que afecta a los vecinos, en eso nada tenemos que ver