¿Te afectan los olores fuertes, las masas de gente y los ruidos inesperados? ¿Te conmueven las artes, la música y la naturaleza?  ¿Tienes una rica y compleja vida interior? ¿Necesitas desconectar regularmente? ¿Tienes cambios de humor constantes y te vas de la euforia a la tristeza en un paso y todo te afecta y deja un hondo calado? ¿Eres tímido/a? ¿Necesitas sensaciones fuertes porque te aburres con facilidad? ¿Enamoradizo/a? ¿Te basas más en los sentimientos que en los hechos? Si las respuestas son afirmativas a muchas de las preguntas, entonces lo más probable es que seas no un ‘bicho raro’ como a veces pensabas, sino una ‘Persona Altamente Sensible’ (PAS). Y ¿cómo hacer de ésto un don, una cualidad, una virtud en vez de un trastorno, una maldición o algo incómodo que no deja que te aprecies y obliga a que te castigues lanzándote las preguntas incorrectas de por qué eres así?

Las PAS suelen ser muy intuitivas y tienen grandes oleadas de fuerza vital  alternadas con épocas de poca energía. Cuando todo va bien, son los más felices del mundo, optimistas y se sienten super dichosos y orgullosos, y valoran los mínimos detalles que les alegran enormemente. En su lado negativo son muy variables, una miniedad o simple comentario consigue dañarles profundamente porque sienten lo malo con más intensidad y se deprimen con más facilidad, luego normalmente algún estímulo nuevo les vuelve a sacar la sonrisa y les eleva de ese estado, pero siempre parecen estar a la merced de los impulsos y de sus emociones más que controlar y templar su carácter. Y ¿por qué no domar esos cambios?.

Todos sabemos que la ‘polaridad’ explica los opuestos que se tocan, porque aunque sean extremos, son parte de la misma cosa. Cuando hablamos de temperatura, unos grados arriba es calor pero unos grados abajo es frío, antagónicos, opuestos sí, pero al final la misma cosa,  temperatura. Si caminamos hacia el Norte, cuando llegamos al punto más al Norte posible, al dar un paso más, empezaremos a caminar hacia el Sur, su contrario, por eso, los extremos se tocan. Con esto quiero explicar que las PAS para poder usar su realidad como un don, deben simplemente polarizarse, es decir, cuando se sientan en un extremo, deben usar mecanismos que les tiendan al otro, para llegar a un autocontrol que les sujete en el punto intermedio, evitando dejarse llevar a los extremos y ser dominados por ellos. Se preguntarán y ¿eso cómo se consigue? Fácil decirlo y ponerlo en práctica, conseguirlo es cuestión de entrenamiento. Simplemente no se conduzcan sólo por sus emociones, cojan sólo lo bueno de este don y desechen lo malo, quédense con el gusto de sentir la belleza, el arte, la música a tope y miren sujetos desde una atalaya, la tristeza, el crepúsculo, la fragilidad, el estrés. Usen su don y dense cuenta de quiénes son, conózcanse. No se depriman, no se ofendan, deben saber que no valen para trabajar en ambientes robóticos, ni al lado de gente trepa y egoísta y menos con jefes que no sepan estimularles, incentivarles. Ustedes son creativos, amables, y en general de gran corazón servicial, por eso para sentirse más felices deben hacer el trabajo que realmente les apasione para ganarse la vida, si no, no hallarán ese punto en el que ser más felices en este insensible mundo de hoy. La sociedad necesita de gente PAS para vivir mejor, imagine un escultor sensible, es algo normal, ahora imagine un militar sensible.  Alguien grandioso dijo “ al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”…

Si abren la puerta de una habitación llena de gente riendo a carcajada tendida, y se deciden a entrar, acabarán riendo como ellos, si esa gente bosteza, entonces bostezarán compulsivamente, si por el contrario la gente llora o está histérica, acabará histérico con ellos. ¿A qué se debe eso? Si imaginásemos la mente como una radio que capta las ondas, entonces nos daríamos cuenta que no todo es nuestra propia cosecha mental sino también la de los demás. ¿Se han fijado en lo fácil y contagioso que es el pánico, el nerviosismo, la alegría, la risa? Si lo piensan detenidamente controlar la mente es muy difícil, si intentamos mantener la atención, se nos va a otros lados y a cada momento nos inundan pensamientos nuevos, pero ¿qué pasa con los de los demás? ¿son todas las sensaciones, emociones totalmente nuestras? ¿O también proceden de otros con los que interactuamos, compartimos territorio y que también sienten, piensan y proyectan?. Esos también lanzan toda esa información.

Reflexionen, mediten y encuentren las vías que les lleven a un bienestar y no tengan tanto en cuenta a los demás y lo que piensen, sino fíjese en usted y lo que quiere y lo que le gusta realmente. Si lo analizan bien la gente que ha conseguido altas cotas de éxito y raigambre siempre han seguido su instinto y no el de la masa a pesar de las críticas. Ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos, por eso mismo, en su vida al menos que llueva a su gusto. Todos somos diferentes porque si no tendiéramos a lo mismo, como dice Foucault ‘simpatizaríamos tanto que tenderíamos hacia la unidad y desaparecería la maravillosa diversidad, por eso tiene que existir la antipatía, el rechazo y lo que no nos gusta’ para crear esta amalgama de personalidades, de gustos, de colores. ¿Ser PAS es una maldición o por el contrario es un don? ¡Atrévanse a usarlo!

Por Cristina Gamero