Escapada en julio de 2008, a Ecuador.

Por Raúl López Ligero.

Esta escapada fué uno de esos viajes que se planeó por una combinación de montaña, aventura y otra parte de naturaleza en estado puro.

La parte de montaña es fácil de entender, a muchos nos gusta la montaña y en este caso, intenté dos cimas muy comunes en el mundo montañero, el Cotopaxi y el Chimborazo, los dos son volcanes que están en Ecuador, país que debe su nombre a su situación geográfíca, que valga la redundancia está en el ecuador terrestre, ellos lo llaman “La mitad del mundo”. No voy ha entrar en datos técnicos, ya que los podéis mirar, como lo haría yo, en el Google o en el wiki y ya está.

Sí, en las montañas hacia frío. El Cotopaxi es muy bonico y un tostón de largo, muy largo y el Chimbo, pues peor aún, más largo todavía y mucho más frío, jejeje, ¡es cierto!, ¡ah! y el Chimbo es la montaña más alta de Ecuador…

Vayamos a la otra parte, a la que a mi me interesa, ya que tiene un valor sentimental, imposible de igualar hasta la hora. Os cuento la historia:

Mi madre, que falleció hace ya una década, en un accidente de tráfico, dentro de su incultura y con su poco bagaje, en el plano viajes, o conocer otras culturas de otros países y continentes, a lo mas lejos que llego fue a las Islas Canarias, su interés aventurero era mas bien pobre.

Ella era una ama de casa de las de antes, de las que no existen ya, o sí, no sé, las que esperaban en casa con la comida puesta al marido que regresara de trabajar, planchaba, cocinaba, limpiaba y todo lo que acaba en -aba que debiera hacer un ama de casa que se precie. Eso es básicamente la cultura que mamé yo, dista mucho de lo que actualmente estamos acostumbrados a vivir, o no, no sé, no me voy a meter en ningún jardín, pero, “retruécanos, cómo ha cambiado la historia”.

Al lío, que me enfango. Recuerdo que en alguna de esas divertidísimas tardes de la dos, en la que repetían cada mes el mismo documental y llegaba un momento en el que conocías todos los nombres de la manada de leones de la sabana africana, de vez en cuando cambiaban el documental, y era de otra cosa que no fuera de “leones”. (Algo así como ver algo que no sea “fútbol” en los deportes, vamos como diría Iker, “un fenómeno paranormal..)

Nos encontramos en una de esas tarde afortunadas y nos premian con un documental de las “Galápagos”. ¿Galápagos? Eso esta cerca del Serengeti, ¿no? ¿Al norte o al sur de Tanzania? ¿En África, verdad?, upps!! Bueno y qué mas da!!, no salían leones. Salían infinidad de bicho raros, ¡que guay!.

Debo confesar que entonces yo tampoco me interese demasiado, de la localización de las Galápagos, en aquellos maravillosos años aun era capaz de disfrutar bajo la ignorancia de un niño.

Recuerdo de esos días, ver un bicho grande, muy grande ¡un tortugón, puñetas! Eran las tortugas gigantes de las Galápagos, ¡¡toma ya!!. Y mi madre, repito bajo su ignorancia, me decía siempre que veía a las tortugotas; “…mi sueño sería ir a ver algún día, a esas tortugas,..”, en ese momento, no sabía que esas palabras danzarían por mi cabeza cual pelota de ping pong en una pecera. Madre mía, ¡qué frase!, hoy se ha convertido en mi biblia, en mi religión, en mi “ying yang”.

“Mi sueño”; La vida no es sueño, la vida es real, y por ahora lo único real o no real que tenemos, osea lo único, es el aquí y el ahora. Sueño que te propongas ...lo vas a conseguir y no me toquéis las narices con excusas del tipo,  que si no puedo, si no tengo tiempo o si la abuela fuma….. “nunca dejéis de perseguir vuestros sueños”.

“Algún día”, ¡ qué os voy a contar de “algún día”!, no dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy, y os aseguro que no os estoy hablando de trabajo.Volviendo a la historia, uno de los sueños de mi madre era ver a las tortugas gigantes de las Galápagos. Pero lamentablemente, ella murió antes de realizarlo, hoy, estoy seguro de que si aún viviera, todavía no habría ido a verlas. Aun así, yo me quedé con la duda y convertí en realidad su sueño, ya que a ella se le acabó el tiempo demasiado pronto.

Fué entonces cuando miré en Google dónde estában las Galápagos, y me dije: ¡Venga! ¡Vamos pa ya!

Imagino que entendéis por qué éste es uno de los viajes mas sentimentales que he hecho a día de hoy. Hace poquito mi pareja me preguntó -dime, ¿ cuál es el viaje que más te ha gustado?, vaya preguntita, estaría comiendo, (ella hace preguntas de este tipo mientras come, osea que hay que mantenerla distraída para que no haga según que preguntas, por eso pongo los “deportes” , así vemos si a Ronaldo le pica el pie y nos hipnotiza el color verde de la pantalla), a lo que respondí - Las Islas Galápagos.

Las Islas Galápagos, sí. Están a 1000 km de la costa de Ecuador, confluyen 3 corrientes marinas que vienen de... bla, bla,bla.

La palabra es, “espectacular”, belleza natural en estado puro, te sientes tú el elefante o mono con el cacahuete encerrado en el zoológico...¡y los animales son los que te están echando fotos a ti, con la cara de asombro!. Ellos se parten, al ver a los turistas. Cualquier lugar a donde mires, hay bichos , por todo, cangrejos, leones marinos, lagartos , lagartijas, bichos y más bichos.

En una ocasión, fui a una parada de bus, a esperar el bus claro, y éramos 5 turistas y dos bancos de esos largo y planos, claro para esperar el bus. Bueno pues los 5 turistas estábamos de pie y 2 leones marinos en sendos bancos, bien tumbaditos y no se les veía para nada estresados. Lo dicho, el humano es el animal, el animal es el humano mejorado (2.0). Que guay!.

Con ésta anécdota acabo que me enrollo, me fuí con un velero 8 días alrededor de las islas, ¿qué bien suena verdad?, bueno pues éramos 4 parejitas del amor, y yo de aguanta velas (nunca mejor dicho). Acabó arrojando hasta el apuntador, jejeje que suerte de que lo de marearme no se me de bien.

En éste crucero tuve la suerte de poder disponer de guía para hacer varios buceos con botella, vaya, uno de los guays, pues eso, con un mar calmo y tranquilo, ( sarcasmo, recordad lo de las 3 corrientes, ufff... parecía un jacuzzi gigante, sólo deciros que dormíamos atados a las camas, si lo que hay en lo veleros se pueden llamar camas) fuimos ha bucear.

Como era mi primera vez en este viaje, y  como buen “animal” visitante, iba provisto de cámaras, y demás artilugios.

Mientras iba descendendiendo, compensando, colocándome los trastos, controlando el fondo marino, la profundidad, etc...en ese tramo, y  mientras cogía la cámara con las dos manos para encenderla… justo detrás de la cámara apareció frente a mi un león marino, como a un metro del objetivo que todavía se estaba encendiendo.  Allí,  frente a frente nos quedamos mirándonos, león marino y yo, mientras él se partía de risa al ver mi cara de bobo,… ¡¡grande, qué grande!!.

Recuerdo esa inmersión como si fuera una actuación, una obra de teatro, en la quese sabían al dedillo papel, texto y tiempos de actuación, cada especie marina sabía cuándo y cómo hacer su número…fascinante.

Moraleja: Si quieres hacer algo, si tienes un sueño, deberemos evitar utilizar las palabras “algún día” y “mi sueño es”.

“Mi sueño es” significa, que lo voy ha hacer…¡ya mismo!, ¡ ayer!.

Y “algún día” significa, hoy…

Texto y fotos: Raúl López.