Al principio no le di importancia, creí que eran imaginaciones mías. Luego me empecé a preocupar…y pensé decírselo a alguien.

Posteriormente comprobé que era cierto. Entonces me dio vergüenza consultarlo (a un médico, un psiquiatra, un amigo…)…Ya era tarde para eso. 

Llegué a la conclusión de que era un don; como la facilidad para aprender idiomas, o tener oído para la música. Que por cierto, yo nunca había tenido eso que se dice “tener oído” …Más bien…no era de llegar a casa y poner la música enseguida, y no poder vivir sin ella. Comprarte un coche y antes que nada ponerle “un loro”, no, no …no…me gustaba… Me gusta… el silencio. Oírlo todo bien y cuando hay que escuchar, entender lo que te dicen. No soporto los bares con televisores a todo trapo, los restaurantes con la músicas como Discotecas y los Clubs con música como si te estuvieras preparando para ir al Vietnam, jeje …ustedes ya han visto Apocalipse Now…y saben lo que quiero decir.

Cuando visité a unos familiares que tengo en Cuba, les pedí que la última noche fuésemos a un sitio de la Habana sin música en vivo, para poder hablar. En el Caribe, es difícil ¿saben?. Sin Ron  ni música en directo, me parece que la comida en realidad no les importa, ni hablar, jeje… pero …a todo esto… yo no les he contado lo que me pasa…¿verdad?

Bueno, pues resulta que… OIGO VOCES.

Jajajajajaja

(Me imagino su cara)…

Una vez me topé de frente a una chica bajita con una camiseta que ponía “OIGO VOCES, Y TU NO LES GUSTAS”.

Me reí mucho en aquel momento, pero ahora con el tiempo, a día de hoy, su cara no se me ha olvidado y sin obsesionarme, cada vez que me acuerdo, esa imagen relativamente fugaz (el cruce de un trayecto perpendicular), me resulta terrorífico. Aquella chica pequeña, poco agraciada, con aire andrógino, tenía una expresión de mal humor, (¿odio?)..que en su momento interpreté como un desafío adolescente, una pose provocadora, una actitud de rebelde con ganas de molestar. Pero hoy sé que aquella muchacha, realmente “oía” esas voces que dirigían y condicionaban su vida. Y posiblemente la atormentaban. Eso me ha hecho pensar mucho. Y de entrada les cuento que no es en absoluto mi caso.

Porque las voces que yo oigo vienen…¡ de los electrodomésticos de mi propia casa !. Es decir, que mis aparatos electrodomésticos se comunican conmigo. Me envían mensajes, advertencias, consejos…enigmas…

Esas “voces”…A veces no soy capaz de descifrarlas, otras si. En ocasiones la señal es clara pero no sé descifrarla. Otras, no entiendo lo que dice pero corro a realizar algo que he comprendido debo hacer.

Eso, para que ustedes lo pillen, es como si hubiese letra y música. No siempre coinciden las dos. Además… teniendo en cuenta el alfabeto y la dicción que puede tener por ejemplo un microondas… Pero yo he llegado a relacionarme bien con ellos. Con los electrodomésticos. Es como tener un compañero de piso extraterrestre…o varios.

Todo empezó cuando se averió el extractor de aire de uno de los baños.

Hacía ruido, pero no le di demasiada importancia para llamar al electricista. Lo fui dejando; era mi baño, no el de mi mujer.

Al cabo de tres días, el vecino de arriba, un educado y discretísimo abogado, me manifestó, con todo el tacto de buen vecino que fue capaz, que el ensordecedor ruido del cachivache averiado, subía a su piso y no le había dejado dormir. ¿Cómo era posible que a mi no me hubiese afectado?.

Lo mandé reparar, aunque…siempre le quedó un leve aunque perceptible ruidito. Pero fue mucho más tarde cuando ese “ruidito”, el primer de “ellos”, me comenzó a parecer otra cosa.

No se cuando sería. Afeitándome, duchándome, en la higiene dental… el extractor comenzó a “hablar”. Una palabra, en principio mascullada, luego, como cuando intentas comer algo que quema mucho, dándole vueltas “a la boca”, y la palabra repetida, repetida, repetida…

A veces una sílaba parecía hacerse aguda como un quejido, dando la impresión de que esa misma voz se convertía en protesta, lamento, lloro, para pasar en seguida a coger carrerilla y tener un brillo alegre e infantil, como de loca carrera en un carrousel de feria.

¿Que qué tipo de términos emiten?. …Bueno eran y son, cosas normales. Anteayer, sin ir mucho mas lejos me acuerdo que el extractor, tuvo un día especialmente locuaz.

-Pimientos.

-Pimientos. Pimientos. Pimientos. Pimientos. Pimientos. Pimientos. Pimientos…

Luego decidió “añadir”:

- de cabra…de cabra, de cabra, de cabra, de cabra, de cabra, de cabra…

a lo que luego sumó enigmáticamente:

- Argentina.

Fue como un telegrama repetido pocas veces.

Luego volvió a los Pimientos.

El ventilador-extractor de mi  cuarto de baño fue el primer aparato eléctrico que se me manifestó.

Poco a poco comencé a fijarme en los demás, pero no fue necesario. El Microondas un día pronunció claramente

-Aparcamiento

antes de pararse, y de obsequiarme con una taza de chocolate caliente. Decidí hacerle caso y baje al parking sin demasiada fe en hallar nada interesante. Con estupor pude ver como un par de críos habían roto la luna del coche en la plaza vecina y se llevaban algo. El próximo coche hubiera sido el mío.

Luego fueron viniendo todos los demás casos con el resto de los aparatos.

El Turmix, un día que hacía gazpacho (sólo me gusta el gazpacho que hago yo), me soltó un sonido que me pareció un número y lo repitió .Yo claro, seguía con la poca posibilidad de maniobra que te da el movimiento de subir y bajar, y no ser salpicado. El bueno del Turmix, fue dándome números hasta siete, cifra cabalística. Llamé a un amigo y le conté que había “soñado” una combinación de números y se me había ocurrido jugar a alguna lotería que fuera con 7 dígitos. Me sugirió EUROMILLONES, seguí su consejo y gané una cantidad importante.

Un día de noviembre (2010), que luego me fijé que era 20 (de los 20N, nos solemos acordar jejeje), el horno Princess, que uso básicamente como tostadora de pan, me obsequió con un machacón rosario de esfínteres:

-ano, ano, ano, ano, ano, ano, ano, ano, ano, ….

Luego el acero crujió y soltó un espeluznante

- ¡ENTE!, …¡ENTE!...¡ENTE!

Noviembre es el mes de los muertos, del tenorio, y a mi eso de “el ente”, me daba un yuyu…

En la misma fecha del año siguiente, Mariano Rajoy era elegido PresidENTE del Gobierno

Pensé que a lo mejor se estaba formando una … no se …una revolución, o una invasión de los aparatos esos. Una vez vi una película terrorífica sobre un individuo al que los electrodomésticos de su casa se le rebelaban y le atacaban cruelmente. Creo recordar que a toda la urbanización…

Busqué entonces en Internet, alguna pista y encontré justo la tesis opuesta:

Un titular del New York Times firmado por Andrew Martin, decía que “A los electrodomésticos les falta inteligencia”, “La tecnología del hogar aún espera su momento”. Christophe Mims de “Technology Review”, sólo parecía interesado en “potenciar sus sistemas de ahorros de energía”, y que “para desarrollarles otras funciones es mejor mirar nuestro móvil”. Vamos, ¡que les trataban como a bobos!. En otro sitio, un analista de Pike Research comentaba “llevan ahí mucho tiempo pero no acaban de arrancar”. ¡Pues a los míos sólo les falta arrancar por bulerías!…

Y no quiero aburrirles más con esto.  A veces no se como actuar, no siempre sé interpretar lo que me dicen esos aparatitos. Es una sobredosis de información a tu pesar y en un idioma que no es el propio.

Y ya que les tengo ahí, a ver que opinan de la última de mi amigo “la estrella”,

el extractor, el decano portavoz . Ayer me soltó un enigma.

Después de unos soniditos como de carraspera, y como si de repente se le hubiera iluminado la voz, me suelta.

- FANTA

- FANTAFANTAFANTAFANTAFANTAFANTAFANTAFANTA

seguido de un vocablo con una primera parte oscura, ininteligible y la segunda un poco más clara:

- ¡…ada!

- ¡…ada! ¡…ada! ¡…ada! ¡…ada! ¡…ada! ¡…ada! ¡…ada! ¡…ada!

O sea que ya me dirán, si mi oráculo de Delfos (o de BOSCH, SIEMENS, o BRAUN…), habla del leguaje de programación dedicado a objetos*, o bien quiere hacernos un vaticinio político, pagarse una Fanta,… o contarnos un cuento de hadas.

(Y no se si invitar al Juez a mi cuarto de baño. Tal vez le ayude a deshojar la margarita).

Jaime Roig de Diego.

Ilustración del autor.

*Ada es un lenguaje de programación orientado a objetos y fuertemente tipado de forma estática que fue diseñado por Jean Ichbiah de CII Honeywell Bull por encargo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Wikipedia.