FUEGO, SANTOS, DEMONIOS Y UNA CERDA VOLADORA
Estos días, la isla de Mallorca es una fuerza centrípeta, que arde hacia dentro: Beneides, dimonis, foguerons, S. Sebastià… San Antonio bendiciendo animales de diferentes patas, flechas, hogueras ardiendo y demonios danzando por doquier.
Acompaño a mi Directora Sandra Llabrés Donadieu y a la Editora y autora, Joana Pol en misión artística, a la localidad de Selva, “trasmuros” de la industrial Inca.
Selva es un poético valle con antepecho en la montaña. Silva, bosque en latín, es una belleza agreste, con una iglesia encaramada en un roquedal, a la que se accede por una bellísima y escénica escalera, metáfora de un manto de virgen dolorosa en una paisaje lindante con el monte o lo que es lo mismo: con el misterio. Selva, es en si misma, una catedral druida, un balcón con pretiles, una atalaya con lugares para vigilar la llegada de la amada o la partida del amante. El amor o el peligro, la paz o la guerra o ambos a la vez.
Descubro un escudo clerical, y Joana me confirma que se trata del convento de las monjas donde le ponían inyecciones. Casualmente una integrante de la comunidad nos encuentra curioseando en el atrio y nos invita gentilmente a entrar. Ella tiene que marcharse y nos deja con Sor Bárbara, pero antes nos recomienda “sa mirada”, la vista: una impresionante panorámica sobre todo lo que los ojos pueden abarcar desde esa altura en una terraza austera y poderosa. Otro mirador colgado sobre naranjos, “safareigs”, y huertecillos que se van sucediendo casi en vertical hasta llegar al nivel del “pla”.
Hoy, esa es una comunidad religiosa de apenas cuatro mujeres. Ya no hay hábitos pero puedes oir el batir angélico de su alada bondad. Es algo casi tangible y a la vez aéreo, liviano, puro y luminoso, que brota de su mirada limpia y su palabra clara.
Volvemos a la plaza. De la iglesia, entre tres hombre fornidos bajan un bulto que por su postura podría ser un cadáver con rigor mortis envuelto en una especie de alfombra. Es San Antonio. Hay esfuerzo y reverencia en su traslado (debe pesar un quintal).
Liberados del ermitaño, lo dejan en su posición sobre una mesita al borde de la calzada y regresan abandonándolo en un curioso desamparo, ante la indiferencia de los niños que siguen jugando y la gente que le trata como si un anciano vecino hubiera salido a estirar las piernas.
Mientras le hago fotos, el San Antonio, al pie de esa magnífica escalera me recuerda a Angela Molina en la versión para el cine de Bearn, bajando la soberbia escalinata de los jardines de Raixa, solo que sin sombrilla.
Hay, preparados, impresionantes foguerons. Viéndolos así, mudos y ominosos, parece como si esperasen al reo, que pocas horas después crepitará aullando de dolor. Pero afortunadamente esas teas purificadoras sólo quemarán residuos obsoletos e impuros de nuestra alma. Más aún en este 2012 en el que llega el Gran Dragón del Agua, para la importante cultura oriental, con sus meses convulsos de potente energía e importantes cambios.
Mis chicas deciden hacer un consejo de redacción improvisado en un café, y mientras tanto el paisaje se inunda con un tsunami de ovejas escandalosas, con el estruendo de sus cencerros, balidos, quejas, ruidos…que aparecen por una calle y en un momento lo llenan todo con una frecuencia ensordecedora. Son un magma nervioso, que magistralmente conducen un perrillo ladrador y un pastor con voz de mando. Tienen una dinámica extraña que no se si sabría explicar la cosmóloga Lisa Randall ( la de “Universos ocultos”): Alguna oveja, como avisada de una llamada urgente por supuesto “pinganíllo”, efectúa un movimiento hacia fuera, rodeando el rebaño; o desde dentro y en línea recta con consentimiento general, como si fuera un cuerpo celeste o una “brana” poseedora de otra dimensión.
Me produce enorme respeto oír esas voces guturales, ese lenguaje con el que el pastor se comunica. La ayuda gestual de ese bastón que parece la columna de un Miotragus… y su efectivo resultado: la obediencia de un montón de ovejas histéricas en un entorno desconocido. ¡Fascinante!.
Si hubiese aparecido una nave nodriza extraterrestre y descendido por la típica rampa, Carmen Sevilla, de lamé y zapatillas, hablando de sus ovejitas, no me hubiera producido más pasmo.
Al cabo de un rato, sólo queda un tapiz de orines y cagarrutas. Seguramente el stress, les ha hecho mella en su tripitas. A mi me pasa lo mismo. O sea que me siento hermanado con la psique ovejuna.
Enero para los ciudadanos de Palma (Ciutadans o panesillos), constituye un curioso alargamiento de la Navidad. Mi santa y yo, tenemos ese día la última comida de Navidad con once familiares y sus correspondientes regalos. Debe de ser la Navidad más larga del orbe cristiano.
San Sebas, por otra parte es un santo muy escénico, con su desnudez teatral, sus flechas colocadas estratégicamente en el body, según los artistas, como piercings. Su “Pathos”, su dolor y su éxtasis que es casi siempre orgásmico, como si en vez de estar torturándole le estuvieran aplicando una terapia que le produjera gustirrinin o se estuviera lavando con ese champú que se anuncia en la tele. Por eso da esa imagen tan gay y es el santo con más iconografía a lo largo de la historia del arte. Hay varias webs especializadas, y en algunas hay un cuadro mío.
Según me contaba un teniente de alcalde del Ajuntament de Palma, el Sebastián de Van Dyck , entraría en la categoría de “atribuido a”… o sea que si pensábamos empeñarlo…mejor nos lo quedamos. Por lo que nos van a dar en el “Compro Sebastianes”…
Como este es tiempo de “Torradas” es también tiempo de exaltación del cerdo. Casiano Baso, ya en el Siglo V, dijo en su “Geoponica” que “el cerdo ha sido dado por la naturaleza para los festejos”.
Hay que olvidarse por tanto del Dr. Dukan y sus malditas dietas, y libar de forma generosa el zumo de nuestra uvas, que este año, han dado muy buena cosecha.
Ya saben lo que decía Homero: “Cuando hay abundancia de vino, la tristeza y la preocupación levantan el vuelo”.
Hay que cuidar que la “abundancia” no sea tal que lo que se ponga a volar sea el mismo marrano. Como la cerda aláda de Clazómenas que según cuenta Artemón en sus “Anales de los Clazomenios”,sobrevolaba los campos y fue incluso representada en monedas.
Tengamos esperanza. Este es momento de purificación y desenfreno. Coman, beban, acaben de poner ese cuarto y mitad más que añadir a los polvorones en “el flotador”. Total… ya nos ponemos luego todos a plan. Si vamos juntos al Dr Morano, igual nos hace precio.
Y si se pasan bebiendo, sean creativos, procuren pillar a la de Clazómenas.
A ver quien es el guapo de la Guardia Civil que le hace soplar a una cerda voladora.
Jaime Roig de Diego.
Todas las fotos e ilustraciones de ROIG DE DIEGO.
Cuadro “San Sebatián Light”, ROIG DE DIEGO.
https://bode.diee.unica.it/~giua/SEBASTIAN/PICS/roigdediego.jpg