Antenoche se disputó en el campo de La Victoria (Sa Indioteria) el partido de fútbol entre gitanos y policías locales. Partido por la integración. Partido poca habitual, tanto que seguramente es e primero que se disputa entre ambos. ¡Quien lo iba a decir, eh! Gitanos contra polis, corriendo uno tras otros, con la intención de robarse la pelota, y no como antes, que los polis siempre corrían detrás de los gitanos.

El encuentro finalizó con victoria de los policías, por 2-1. Pero el resultado es lo de menos. Lo de más fue el partido en si, en ver que los tiempos han cambiado que es una barbaridad. Y eso, en este caso concreto, se debe al empresario gitano Joaquín Fernández, dueño de la empresa Promesas.cum dedicada al espectáculo. El ha sido quien ha traído a Farruquito para que baile esta noche en el Trui Teatre y, de paso, para que jugara con los gitanos, junto con otro gitano ilustre, Juan Jose Cortés, que viajó a Palma ex profeso. Pues como les decía, el artífice de estos encuentros por la integración y contra el racismo, es Fernández, quien un buen dia se dijo ¿y por qué no jugamos contra las fuerzas de Seguridad de Estado, además de Policía local y Bomberos? Y… Bueno, pues de los cuatro encuentros ya han disputado uno, con la policía local, faltando ahora los otros tres, en lo que está. ¡Ah! y jugaron también a futbito, la semana pasada, con los internos de la cárcel de Palma, quienes les han concedido la revancha.

Por otra parte, Fernández organizó para los prolegómenos un acto de amistad y compañerismo. Los jugadores de uno y otro equipo, llamados a través de los altavoces, iban saliendo, saludando a las autoridades municipales presentes y luego saludándose entre si, para antes del encuentro hacerse una foto juntos. Hubo parlamentos, cortos desde luego, y se escuchó el Himno nacional. Los policía en silencio respetuoso; los gitanos con la mano en el pecho, al estilo USA, a la vez que lo tarareaban. Laaara, Laaara, Laralla Laralaaa. Lara, Laralla….. Y así hasta que acabó.

Ni que decir tiene que los flashes los acapararon Farruquito, que había recogido su larga melena con un lazo, en la nuca, y Juan José Cortés, Juanjo, que antes de vestirse de corto habían estado departiendo con los periodistas muy amablemente.

En la grada, la hinchada gitana -y entre ella, la mujer de Farruquito- , que se impuso en número a la paya, aplaudió y animó a los suyos, y al final premio con una gran ovación a los policías locales por la victoria. Igual hicieron los jugadores, al final: unos con otros se fundieron en un abrazo. Lo importante era el acto en si, lo de menos el resultado.

El partido recaudó cuatrocientos euros que fueron entregados a la Policia Local quien a su vez entrego a Pep Campaner presidente de la Fundación Campaner, que opera en Níger,quien junto con su esposa, Marilena, asistió al partido.

Enhorabuena, pues a la organización, a los equipos y al público.