Sarah Belhadi vive en Palma, en la zona del Portixol, desde cuya casa se divisa una de las más preciosas vistas sobre la bahía.

Sarah es una mujer bella. Francesa de nacimiento, por sus venas corre sangre  libanesa. Además de árabe, francés e inglés, habla correctamente el castellano.

Durante una temporada ha estado alejada de Mallorca a causa del fallecimiento de su madre, por ello, las fiestas y los lugares más glamurosos de la isla seguro que la han echado a faltar. Pero ahora está de nuevo aquí, “aunque lo más seguro que dentro de unos meses me vaya a vivir una temporada Los Ángeles”

Soltera –estuvo casada, pero se divorció- y sin compromiso, Sarah diseña joyas para la firma Candame, algunas de las cuales  ha introducido en Dubai y Abudabi, “todo porque parte de mi familia vive ahí y está muy bien relacionada con miembros de la familia real. Esa ha sido mi gran suerte… y también que gustan las joyas que diseño. Son joyas exclusiva que compran para lucir con vestidos exclusivos, joyas por las que pagan lo que sean si les gusta”

A Sarah le encanta Mallorca, a pesar de que ya no está en el circuito del turismo de dinero, y que según ella viaja a lo largo de los veranos de Mónaco a Saint Tropez, pasando por Porto Cervo y Capri,  y terminando en los últimos años en Eivisa, que ha terminado por ganarle la partida a Mallorca. ¿Por qué? Simplemente, porque es una isla más liberal, en la que al turista no se le ponen tantos impedimentos como en esta… que si horarios, que si música, que si terrazas… Y esa prohibiciones a la  gente con dinero no le gusta, por eso se marcha a otra parte… O ya no viene”

Es partidaria de que sigan llegando turistas a las zonas de la Platja de Palma y Magalluf, turismo de alpargata, como se le suele llamar, “pero habría que inventar algo para que también llegara el turismo de calida, el que deja dinero y da nombre al lugar. Hace unos años mis amigos me hablaban de Mallorca, hoy ya no; me hablan de Ibiza. Y eso no es bueno para Mallorca. Por ello, y como creo, habría que  inventar algo, ¡que se yo!, eventos de categoría internacional ya fuera en forma de conciertos de grandes artistas, esos que mueven  a la gente…. Entre otros apunta a un gran Prix de automovilismo o a un open de tenis, o a un súper certamen de moda… Eso, moda. Mallorca, pudiendo tenerla, no tiene moda, su moda, la Moda Mallorca. ¿Por qué?, se pregunta Sarah.  ¿O por qué no se organiza una liga de polo, deporte que mueve mucha gente con dinero…? “¿Alguien se ha parado a pensar lo que supondría eso, y lo poco que costaría crear campos de polo, que son superficies planas, bien cuidadas…? Son cosas nada complicadas, por tanto posibles de hacer, que no perjudican ni al paisaje, ni al medio ambiente y que, como ocurre en otros lugares, atraen a turistas de calidad…. “  Y ya puesta a dejar preguntas en el aire,  ¿por qué no se aprovecha el tiempo tan bueno que tenemos en otoño e invierno para traer desde el frío de Europa a personas que en sus países están viviendo bajo cero? “A mi me da pena ver zonas turistas en invierno completamente vacía, con los hoteles cerrados. De verdad que a veces pienso que aquí desconocemos totalmente el lugar maravilloso en que vivimos, un lugar que lo tiene todo: mar, montaña, mucha luz, temperatura excelente y muy bien comunicado con el resto de Europa y Medio Oriente”.

Concluyendo, nos recuerda que tampoco debemos de olvidar el turismo que tenemos, “mucho de él prestado a causa de los problemas que vive el norte de África, por eso hay que cuidarlo, pero hay que buscar –insiste- turismo de calidad. No podemos siempre apostar por lo más fácil”

P.P.