VIVIR EN UN BONSAI
No me digan ustedes que una vez al mes, al semestre o, por lo menos, una vez al año, no tienen ganas de “bajarse en la próxima” o de “desaparecer”: ¡¡fushhh!!
No me refiero a huir por estribor al modo canalla y vergonzante del capitán del Costa Concordia, dejando a los demás en la estacada. Bien al contrario, los que llevamos los deberes hechos, cumplimos las normas, tenemos derechos y nos asisten hasta las estadísticas, vemos invadidos nuestros espacios, nuestros derechos y nuestra razón por cuatro vándalos “tontosdelculo”, antidemócratas, vampiros tóxicos hasta para sus propias causas. Estoy pensando en mis cosas, pero todos tenemos nuestras propias gotas que colman el vaso, y que nos desbordan la medida de la santa paciencia.
En el caso de que pudiéramos hacer eso: apearnos, desconectarnos, evadirnos, desaparecer, aun cuando sólo fuera por un tiempo, ¿dónde ir?...
Yo ya lo tengo decidido: al bosque de bonsáis de Angel Mota. Y digo bosque porque previamente me habría convertido en Duende. En Elfo no, porque los Elfos sólo son un poco más bajos que los humanos y para desaparecer entre Bonsáis, es adecuado ser bajito como un gnomo. Pero los gnomos son ancianos, sabios y tranquilos, cosa que aún no soy.
Los duendes ( una categoría inferior), son, en cambio, criaturas traviesas, seres inquietos, pícaros que siempre están inventando travesuras, transformando las cosas, persiguiendo mariposas, danzando durante las noches, haciendo ruidos raros, fuegos inocentes y relacionándose con las hadas en presencia de unicornios. Mi perfil.
Pero les había hablado de Angel Mota, maestro reconocido, en Europa y Japón, en el arte del Bonsai, con treinta años de ejercicio en esta disciplina, que tiene en la cultura nipona, fundamentos del Budismo Zen.
Tuve ya, hace años, el privilegio de ser invitado, con mi santa, a su Jardín japonés-galería de arte “Kengai”, y pasé una tarde deliciosa. En aquel momento mi ignorancia era supina en el tema, y me sorprendió la paz entre aquellas bellas esculturas vegetales. Yo esperaba algo más pequeño y me impresionó ese mundo de árboles con formas curiosas, armónicas y nada artificiales que es, supongo lo que yo esperaba. Cada pieza es un haikú o un tratado, una estampa japonesa, una enseñanza, un efluvio de paz y bienestar. Cuando contemplas un bonsái hecho por un maestro, te reconcilias con la naturaleza y con el hombre. Piensas que algo funciona en el orbe cuando alguien es capaz de conseguir esa pequeña obra maestra.
Recuerdo su casa de té, con sus ya entonces numerosos trofeos, y se que firmé, honor inmerecido, en su libro de visitas.
A Angel Mota te lo encuentras siempre en los aeropuertos, y te averguenza, porque cuando tu estas harto de volar porque vienes de dos enlaces, el ha hecho un montón porque llega desde Tokio u Osaka…
Image: www.shohin-europe.com
Y entre ese centenar de árboles, donde destaca el “ullastre”, creación estrella y marca de la casa, es donde a mi me gustaría pasar una temporadita. Eligiendo mi vivienda entre un kengai, un moyogui o un bunjin…por citar sólo tres de las muy distintas formas que tienen los bonsais (etimológicamente “planta en una bandeja”).
Y respecto al bosque, si creen que ahí sólo hay liebres y hojarasca están muy equivocados.
Morgan Llywellyn en el libro “El Druida” dice:
“Para los Celtas, el árbol es un elemento primordial en su cultura, su magia, su lenguaje y su vida.. Algunos árboles son curanderos, otros son guardianes protectores y otros transmisores de sabiduría. El bosque es el lugar mágico, el centro de reunión, el refugio, el lugar donde habitan los más sabios, donde se estudia el conocimiento. Es el hogar de todos los seres especiales habitantes de los 'Reinos Intermedios' que se mueven por el mundo”.
Los celtas asociaron cada árbol con una época del año y usaron un horóscopo compuesto de 21 árboles. Yo soy Fresno (un talismán contra energías negativas) y a un fresno le trae al pairo lo que piense la gente negativa. Y una temporada en el bosque significa encontrarse con una colonia de habitantes tan entretenidos como: Dragones, driades, magos, ninfas, náyades, faunos,…Eso en la versión internacional, que si enviamos un autobús para Cantabria nos podríamos traer Trentis, Trasgus, Anjanas, Núberos, Enanucos bigaristas, el Cúlebre, la osa de Andára, caballicos de Diablo y no sigo porque es humillante…¿qué puñetas íbamos a enviar como intercambio?. Sólo se me ocurre “Na María enganxa” que no se si querrá salir del pozo, para pasar calor en una excursión. La verdad es que aquí tenemos un universo mitológico de pena. Claro, estamos mal de bosques. Los más misteriosos, por Lluc, y allí solo estaba el Obispo Campins.
Claro, ustedes me dirán que es una chorrada imaginarse eso de reducirse para veranear en un bosque de arbolitos enanos. Y que si sigo mucho los mágicos cuentos de María Bimbolles, pero hete aquí que vengo cargado con un argumento científico de peso en la faltriquera de duendecillo: nada menos que una hipótesis de Lisa Randall.*
En “Universos ocultos. Un viaje a las dimensiones extras del cosmos”, Lisa Randall* recoge su teoría sobre una quinta dimensión que alojaría la fuerza de la gravedad y explicaría el hecho de que Einstein demostrara que esta, la gravedad, no era necesariamente una fuerza de atracción, ya que se debilita a pequeña escala (es decir, cuando se trata de partículas elementales). “Eso explicaría por qué Alicia crece desmesuradamente en un momento de la novela”
Pero lo peor no es encoger y volver a la talla. Lo triste es regresar y comprobar que en Felanitx , La Puebla, Manacor, en el Teatre Principal, o en ses Festes de la Flor Romanial, han conseguido cargarse por fin a alguien del Govern, por pedrada, colleja, o con el racial arado.
En el Próximo FITUR podríamos anunciarnos en un stand donde se indique orgullosamente, que aquí se lapida a los políticos que ganan las elecciones. Y crear una ruta con las villas que se hayan destacado con más saña en los agravios. La lengua de cerdo ensartada de felanitx podría llegar a ponerse de moda, como pintxo o montadito en una ruta martiana rural e incendiaria, que superase a la ochentena ruta del bacalao de los pueblos de Valencia. Podría incluir "pegarle fuego" al Toro de Osborne de Montuiri, con concierto de grupo indie, camiseta de la ruta. Grabarlo, subirlo a youtube, twittearlo... Un acampallengua on the road para que más bares pillen cacho. ¿No quieren que nos recuperemos económicamente?. ¡Pues que dejen un poco de libertad a los emprendedores, hombre…!. Un poquito de manga ancha con esos quintos que ya son mayores y tienen negocios.
Gabriel Janer dice que “Mallorca da para muchas novelas”, y a la pregunta de que si se siente seducido por su isla responde que “mas que amor me une a ella el espanto”.
Ustedes no hagan caso. “Como en Mallorca, en ningún sitio”. Simplemente, como me recomienda un amigo psiquiatra: “de Mallorca hay que huir de vez en cuando”.
O pedir refugio en los Bonsáis de Angel Mota.
Jaime Roig de Diego
¡¡¡Y que viva el Mirandés!!!.
*(N.Y. Física teórica estadounidense, especializada en la física de partículas y cosmología. Ha trabajado en varios de los modelos de teoría de cuerdas que tratan de explicar el funcionamiento íntimo del universo.
Universidad de Princeton. Universidad de Harvard).