XXVII TROFEO ALMIRANTE CONDE DE BARCELONA
Si paseas el Marítimo a mediados de agosto, justo enfrente del Auditorium, puedes observar con deleite unos preciosos y antiguos barcos de madera y todos sin excepción, lucen un estado de conservación magnífico incluso me atrevería a decir que inmejorable. Se trata de 'La Conde de Barcelona' Regata de Clásicos de Mallorca que acontece justo después de la Copa del Rey. Para mi tiene un significado un poco más allá pues durante su celebración siempre suceden acontecimientos muy especiales. Digamos que de por sí este evento es mágico y diferente y obviamente no sólo por la categoría de los que participan; de Época con vela Marconi o Cangreja, Clásicos, de Espíritu de tradición o aquellos construidos con técnicas y materiales actuales, pero que, en su apariencia externa, guardan ciertas similitudes con los de épocas pretéritas y Vela Latina, ni por lo evocador de otros tiempos, huelga decir que es una experiencia realmente maravillosa poder navegar el Mediterráneo Balear como si estuvieras anclado en un pasado remoto, sino sobre todo por el ambiente de amiguismo y simpatía en el que se desenvuelve este deporte náutico tan único y romántico que considero que hay que seguir apoyando para que no se acabe perdiendo.
El año pasado, durante la regata, una de mis mejores amigas encontró a su actual pareja, entre los tripulantes del “Avel” de las hermanas Gucci, propietarias también del “Creole” uno de los veleros más grandes del mundo y a su vez de la marca de moda italiana que lleva su apellido. Y como dice mi amiga, por fin ha encontrado en él al “hombre de su vida” y el resto, sin embargo, hicimos grandes amistades con gente de todos lados con los que hoy seguimos en contacto y resulta muy entrañable sentir como evoluciona esa amistad a cada año que pasa. Entre esos amigos, descubrimos a Pedro Mayor, de San Sebastián, dueño del “Cami II” un clásico de 1948 que acude sin falta a la cita y a Miguel de Quadras, su fiel embajador y buen narrador de parte de la historia de la vida de este Trofeo, que nada más y nada menos se remonta a la época en la que su abuelo poseía el “Altair” y tuvo la idea de crear este evento que básicamente partió de él, su familia y de los organizadores que lo gestionan o la 'Real Fundación Hispania de Barcos de Época'.
Gracias a Pedro, nuestro paciente y adorable capitán, pude disfrutar de varias jornadas en la regata y participar de estas bellezas clásicas, oportunidad que le agradezco y que disfruté muchísimo a su lado, así como la de brindarme la posibilidad de conocer a otros nuevos amigos, entre ellos, Carolina Bornand y Gabriel Alomar con los que conecté desde el minuto cero y me enseñaron muchas cosas nuevas como por ejemplo a hacer un 'nudo llano' o un 'as de guía' Groucho Marx dijo "ahora que no los conozco mucho, les llamaré caballeros" ironías a parte, la nobleza se lleva no sólo en la sangre sino en la actitud y ellos podrían dar clases maestras.
Algunos se encuentran en Menorca ahora mismo, dispuestos a competir por la 'Copa del Rey de Clásicos, Trofeo Panerai' que se celebra esta semana en Mahón, no sin envidia de la sana, desde aquí les envío toda mi energía positiva, sobre todo a Pedro y a mi buena amiga Victoria. Mucha Suerte!!!
Y no me olvido de la tripulación del “Moonbeam IV” ganador de esta edición 2011 a la que les doy mi más sincera enhorabuena...you guys worked hard, played hard! Congratulations!