I Festival D’Arbó de Cine Parapsicológico
El I Festival D’Arbó de Cine Parapsicológico nos trae el recuerdo de unos tiempos mejores en el panorama del cine catalán cuando intentaba en convertirse en un centro de cine cosmopolita en contraposición al mesetario de los madriles.
Durante el franquismo Barcelona fue la cuna del cine desafecto al régimen o que más bien pasaba de las películas sobre la Gran Cruzada, como así llamaban a su Alzamiento Nacional. Barcelona era lugar donde se rodaba cine de género como Antonio Isasi Isasmendi de gran proyección internacional y que en la actualidad ha sido olvidado. También José Antonio de la Loma, Ignacio F. Iquino, los Balcázar, los Iglesias Bonns, la mítica productora Profilmes cuyas películas daban la vuelta al mundo y se estrenaban hasta en Hong Kong. Se rodaban centenares de películas al año, se estrenaban todas y a nadie le importaban que fueran rodadas por equipos catalanes hasta que al venir la democracia, que nos ha dejado insatisfechos, todos los asuntos cinematográficos cayeron a manos de unos seres mediocres con teorías absurdas en la cabeza que se dedicaron a desmantelar la industria barcelonesa y financiar películas que n se estrenaban y que no interesaban a nadie.
Los tristemente célebres Serveis de Cinematografía se comportaron como el caballo de Atila. Por donde pisaban ya no crecía más la hierba. Así hicieron la vida imposible a los profesionales de toda la vida condenándolos al ostracismo:
A igual que Juan Piquer, el cine de Sebastián D’Arbó apareció en plena democracia cuando las mortecinas luces del fantástico español de los primeros setenta ya se habían extinguido.
Es muy importante en la trilogía parapsicológica de D’Arbó el personaje central que es interpretado por Narciso Ibáñez Menta, el mejor actor de cine fantástico español, que es todo un referente. Antiguo protagonista de Las historias para no dormir en los sesenta, y antes de Obras maestras del terror grabados en Argentina en donde es considerado una leyenda.
A los sesenta y ocho años debuta en esta serie con Viaje al más allá (1980) que en cierto modo recuerdan las películas de episodios de la firma Amicus. Rodada en los Pirineos mostraba casos de posesión demoniaca, premoniciones, espiritismo y reencarnaciones.
El éxito motivó que D’Arbó continuara con El Ser (1982) de nuevo con el gran Narciso, y además Mercedes Sampietro como una viuda protegida por un ente invisible.
La trilogía se cerró en 1986 con Viaje al más allá, la última colaboración con el mítico actor. Esta vez trataba de las posibilidades de regresar del más allá una vez fallecida o de reencarnarse en una nueva entidad.
Aparte D’Arbó rodó dos thrillers, Acosada (1984), con Victoria Vera, una de las Historias para no Dormir que Narciso Ibáñez Serrador quiso rodar en 1982 pero que una orden de la dirección de RTVE malogró el proyecto. Cena de asesinos (1986), inspirada en una serie de Narciso Ibáñez Menta en Argentina, titulada El pulpo negro de gran éxito en dicho país. Pero las interferencias de Vincenzo Salviani que remontó la película y la hostilidad de la Generalitat provocó que D’Arbó decidiera retirarse del cine.
Finalmente con El misterio Fassman (2011) regresa por fin a la pantalla grande, se trata de un documental sobre Fassman, famoso mentalista que tuve que marcharse de España para poder ejercer su labor.
Salvador Sáinz